Monday, December 18, 2006

COC RAPID PARA MI AMIGA NENE (A PETICION)



Que seguramente no tiene nada que ver con el que hacía tu madre pero que sale igualmente bueno. Para los castellanohablantes, que no parlantes: se trata de un bizcocho llamado así en catalán por la cochura (coc) y por la rapidez (ràpid). Que no es ni más ni menos que el bizcocho sencillo (nombre enternecedor) que luego se puede sublimar y rellenar con mermeladas, con nata montada, con chocolate fundido y que, así, se puede convertir en una tarta. O no.

Suerte, Nené, de haber tenido una madre repostera, aunque no me la imagino mucho. La nuestra, la pobre, se empeñó durante años en hacer unas pastas de té (lo único que le vi cocinar) que siempre salían deformes y algo requemadas por los bordes (invierno, domingo por la tarde, ¿1964?) y que, además, teníamos que celebrar. Suerte tuvisteis, pues.

Total, que necesitas (grosso modo) tres vasos pequeños (de los de antiguos de vino) de harina para repostería, dos de azúcar, uno y medio de leche, un poquito menos de uno de aceite de oliva (el de la Cooperativa de l’Albi és excelent) , un sobre de levadura, dos huevos enteros y la ralladura de un limón pequeño. Bates muy bien todos los ingredientes en un bowl grande (poco a poco, eso ya lo sabes), calientas el horno a unos 190 grados, viertes la mezcla en la bandeja “enllardada” (con manteca o con aceite) y la dejas un poco más de media hora. Y creo que ya está. O debería de estar. Luego un dry martini (dos, dos y pico) mientras se enfría, y te olvidas de los recetarios excepto de:

1. El señor Rondissoni, pope antiguo, y su “Savarina a la Bella Helena”, pp. 538-539, ed. 1993.

2. Doña Victoria Serra Suñol, papisa compleja, y sus “Barritas del Pilar”, p. 272, ed. 1952.

3. Doña Eladia, la viuda de Carpinell, sacerdotisa tan recurrente, y sus “Zapatillas rellenas con crema”, p. 266., ed. 1988.

4. Anónimo(s), entretenidos monaguillos promotores de “Catalunya llaminera”, y sus “Gresoletes”, p. 52, ed. 1968.

O, para no alargarnos, 5. Don José María Puga y Parga, Picadillo, papa negro del noroeste español, y su exótico “Cake de cacao”, p. 310, ed. 1995 (la decimoséptima, ni más ni menos).

Cumpliendo o sin cumplir, un beso,
Manolo.

4 comments:

manuel allue said...

Lo he hecho. Con "k" o "ck" finales (cok o cock) aparece un auténtico follón de bacilos del que el más famoso no es el de Cock sino el de Cok. Con "c" final (coc) las deidades (paganas) Google y Yahoo me ofrecen alguna receta sin firma del bizcocho en cuestión y, ¡horror!, el blog de Carme Laura Gil que se llama precisamente así: "Coc ràpid". No se te ocurra leerlo aunque a lo mejor una buena ración de odio político te viene bien a estas horas.

Karen said...

Este bolo é muito interessante. Gosto da idéia de substituir a manteiga por azeite.

Commie said...

Lamentando no haber estado al quite por los "shows" navideño-gastronómicos, recupero el "coc ràpid". Si no me falla la memoria, en ediciones primigenias de "Sabores", que fue siempre referencia indiscutible para mi abuela Josefina (1894-1996), el "coc ràpid" venía como "torta al minuto". MI abuela de origen valenciano solía pronunciar "al menuto", y durante más de una década la tal "torta" fue el postre medianamente reglamentario en mi casa.

Yo nunca entendí bien lo de la "torta al minuto" (lo de "coc ràpid" lo oí por primera vez en Tarragona, de mayor) porque mi abuela se pasaba la mañana en ello. Ponía papel de estraza en el fondo de una vieja cazuela de aluminio razonablemente abollada. Untaba todo de aceite de oliva, que se compraba a granel en la tienda de la calle Cerdeña, servido por una maravillosa bomba mecánica, versión reducida de las de las gasolineras, de modo que el papel de estraza quedaba pringado. Luego soltaba la masa que un día generoso podía yo amasar (la masa fue la plastilina de mi infancia). Lo metía en el horno y emergía de él la "torta", con los bordes siempre algo chamuscados. Creo que llegué a odiarla tanto como las acelgas con patatas de la cena reglamentaria de las nueve. La pobre Josefina, de tanto en cuanto, la partía y la untaba con mermelada e incluso tenía una manga para poner inscripciones sobre la cubierta de chocolate -amargo - con que la cubría.

Creo que jamás hizo "pa de pessic" i quizás por eso esta reposteria sigue siendo hoy mi desayuno favorito, y claro està su torta al minuto no pudo jamás competir con el placer goloso dels "dolços" (alias "resposteria" que las maravillosas pastelerías barcelonesas rivalizaban en producir. Aunque prefiero lo salado a lo dulce, no dejo de recordar la combinación de sabores dels "borratxos", de los cocos, del "tocinets". UMMMMM!!!!!

manuel allue said...

Querido Commie: me encantan tus comentarios, tan precisos, tan exactos y tan enriquecedores (y tan tiernos, también, como el "coc ràpid"). Efectivamente, doña Victoria Serra Suñol, la autora de "Sabores", lo llama "Torta al minuto" (p. 291, ed. 1952) y yo lo confundo, piadosamente, con el "Bizcocho sencillo", una página después en la misma edición, que no lleva aceite ni levadura. Pero me enternece, también (ya lo digo), el título y frecuentemente, ya lo sabes, me dejo llevar por la belleza de un nombre como otros lo hacen con un sabor. "Me sabe" mejor la sencillez de doña Victoria y sus traducciones literales: ¿qué me dices de los "Relámpagos (los "éclairs") o palos de Jacob?, los famosos y démodés palos de nata o de crema pastelera.

En fin, que si no se me hace tarde (casi siempre me pasa) esta noche te voy a dedicar una receta escrita hace tiempo, las "acelgas Duque de Rivas", por las que comparto el odio (¡y los terrores nocturnos!) y que va encabezada por una cita preciosa de don Josep Pla.

A ver.