Friday, June 29, 2007

PLA VS. LUJÁN



Dicen que don Néstor (Luján) le comentó a don Josep (Pla), en una de las sobremesas de “La Punyalada” del paseo de Gracia (o quizás en el “7 Portes”), una aciaga tarde de 1947, que andaba algo deprimido por el cariz que estaban tomando las cosas. Las cosas y su cariz eran turbios o estaban enturbiadas. Y fuera empezaba a lloviznar y a don Josep le moqueba la nariz.

-Mire Usted, Luján. Lo mejor en estos tiempos que corren es leer a los escépticos y escribir un dietario.

Don Néstor apuró la copa de armagnac, ya más que mediada, y asintió con la cabeza. Pero no le dijo ni una palabra.

Ambos, cada uno por su lado, siguieron escribiendo, don Josep más o menos hasta 1981 y don Néstor un poco más, casi hasta el otoño de 1995.

Tuesday, June 26, 2007

TRUMAN LE DICE A CECIL




En la primavera de 1975 Truman Capote publicó en la revista Esquire su relato La Côte Basque, que iba a formar parte de su libro Answered prayers. El título lo tomó del restaurante homónimo de la calle 55 Este que hasta bien entrados los años 80 fue el centro de reunión de la beautiful people neoyorquina de la época de la mano de su propietario, Henry Soulé, antiguo maître francés que anteriormente había regentado Le Pavillon, donde hizo famoso su timbal de marisco ligado con patata, condimentado con estragón, con mucho estragón y coronado de caviar.

Dos décadas antes, a principios del otoño de 1955, Ann y William Woodward habían acudido a una fiesta en Manhattan organizada por la duquesa de Windsor, la malvada Wallys. Cuentan las crónicas de la época que Bill, conocido millonario y hombre de empresa, había bebido bastante pero Ann, antigua campesina de Kansas y más tarde corista en Broadway, sólo había tomado Évian con hielo. Cosas de la época. Al volver a la mansión de Long Island y una vez en la cama, Ann oyó ruido en la habitación de su marido (dormian, evidentemente, separados), cogió el revolver de Bill, salió al pasillo, entreabrió la puerta y, tomando a su marido por un atracador disparó en la oscuridad ¡más de siete veces!.

El jurado del prolongado juicio exoneró a la atribulada Ann pero los amigos de Bill siempre la consideraron culpable. Veinte años después Truman Capote se volvió a ocupar del caso que tanto les había impresionado a todos y lo convirtió en un cuento corto para Esquire y en definitivamente culpable a la corista, enfrentándose, por citarlos con sus nombres y apellidos, a toda la aristocracia americana de los Paley, los Radziwill, los Kennedy o los Vanderbilt. Tras leerlo, en una fría noche de octubre, Ann Woodward se tomó un frasco de Seconal con sucesivos vasos de Évian. Helada.

Truman (Capote) le dice a Cecil (Beaton), en una carta desde Nueva York del 12 de noviembre de 1955, como único comentario, que el señor Soulé, vista la concurrencia, había decidido subir los precios.

N. La ilustración corresponde al logotipo del actual La Côte Basque, bordado en las servilletas, en el mismo número de la calle 55 Este (frente a la tienda de Manolo Blanick), ahora más turístico que otra cosa.

Thursday, June 21, 2007

TORTILLA DE RIÑONES




Cuando estrenaron Let it be, la última película de los Beatles, preciosa pero como desmadejada, en el cine Aquitania de la carretera de Sarrià pensé que la adolescencia, que quería prolongar hasta siempre, se había terminado. Se habían terminado los bocadillos de queso con anchoas entre clase y clase, los cucuruchos de altramuces devorados ante Troy Donahue o Rock Hudson, la horchata de arroz para la descomposición veraniega y la cocacola con ron Bacardí en las fantásticas fiestas de Isabela Colmeiro en el hall de la Tabacalera.

Se trataba de algo serio, de una hermosa carta de despedida que ya habían anunciado los Stones en su Beggar’s banquet, esa especie de Viridiana del rock’n’roll y, sobre todo, Jim Morrison en The End, todavía más explícito. John Lennon me había hecho una jugada, yo no quería hacer la mili por nada del mundo y la despedida había entrado, furtiva y fatal, trough the bathroom window para quedarse como una balada más pero también como un canto a lo que casi no tuve tiempo de acceder.

Incapaz de interesarme por el estreno de la Electra de Galdós ni siquiera por la generación de Jiménez Fraud, me quedé muy desconcertado porque mis días y mis semanas, hasta entonces, eran absolutamente anglosajones y no los quería cambiar de ningún modo: Monday, monday, Rubby tuesday, “Wednesday morning, at five o’clock…”, Friday on my mind

Pero los cambié. Y traduje los días al castellano antiguo, descubrí el catalán -descubrí, sobre todo, el Quadern gris de Josep Pla- y empecé a practicar una cierta etnografía moral e incluso culinaria que me vino a balsamizar un poco el estómago y bastante más el corazón. Yoko Ono tenía la culpa, eso era ya irremediable, Franco tenía los días contados (y también tenía la culpa) y me iba a comer el mundo, golpeando mi conciencia, cada día si hacía falta, con el Maxwell’s silver hammer colgado a la cintura.

Franco murió el 19 de noviembre de 1975 y nos estafaron, patéticamente, la fecha. No hice la mili, mi padre se quedó conmocionado y empecé a anotar todo lo que hacía en un “quadern gris” patoso y sentimental: “18 de desembre de 1975. Dijous. TRUITA AMB RONYONS: S’agafen ronyons de vedella, es treu el tel i es netejen bé tres o quatre cops, els dos primers amb aigua amb vinagre, per treurel’s-hi el tuf. Es rosteixen a la graella, una mica salats, i es fan trossets petits. Es passen amb oli d’oliva en una paella i damunt s’hi tiren els ous, ben batuts, per a fer la truita. Quan és ben cuita por ambdues bandes s’hi tira rom, es crema i es treu a la taula flamejant.”

NOTAS

1. “18 de diciembre de 1975. Jueves. TORTILLA DE RIÑONES: Se les quita la telilla a unos riñones de ternera y se lavan bien en tres o cuatro aguas, las dos primeras con un buen chorro de vinagre, para quitarles el tufillo. Se asan a la parrilla, ligeramente salados, y se trocean. Se pasan un poco en una sartén con aceite de oliva y se vierten los huevos bien batidos, para hacer la tortilla. Cuando está dorada por ambos lados se rocía con ron, se prende y se saca a la mesa flameando.”

2. La ilustración, que en principio no tiene nada que ver con nuestra historia, es una fotografía de Pepe Lara y Luís Tamayo, conocidos musicalmente como “Los chavales de España”, que debutaron en Manhattan a principios de los años 50 del pasado siglo y que actuaron en el grill del Waldorf Astoria durante varios meses de la primavera-verano de 1953. Dicen que formaban algo más que pareja musical y aún se recuerdan sus menús de riñones de cordero salteados, de tortilla “a la española” e incluso de callos con garbanzos.

Otra historia culinaria de la misma época, quizás un poco después, recuerda el revuelo que organizaron Carmen Amaya y su grupo de baile al ponerse a asar sardinas sobre el sommier de una suite del último piso del mismo hotel, en el que estaban hospedados. El pintor Eduardo Arroyo le dedicó al acontecimiento, años después, una serie de cuadros, dibujos y grabados y la historia es aún más larga, llena de obscenidades muy divertidas y de humo, jerez y llamadas a la Embajada. Pero eso, claro está, es otra historia.

Monday, June 18, 2007

GOURMAND




“N’est pas gourmand qui veut”, escribió Brillat-Savarin.

Así pues, hoy a dieta.

Saturday, June 16, 2007

BLOOM'S DAY



Todo esto, dicen, se trata de una cuaderno donde anotar, de un dietario donde apuntar aconteceres más o menos privados, donde conmemorar, celebrar o lamentar, la mayor parte de las veces con esa impudicia y esa arrogancia de la inmediatez.

Nuestra educación católica y sentimental nos obliga muchas veces a entonar continuos “meaculpas”, bastante narcisistas por otro lado, y a hacer piruetas literarias para justificar cualquiera de los lances, tan sencillos, de la mesa y de la cocina. No es que sigamos pagando la Bula de la Santa Cruzada, entre otras cosas porque ya no existe, ni que nos pongamos a cocer huevos rezando avemarías (aunque a veces) ni que sentemos a nuestra mesa a un canónigo doctoral para darle empaque a la cosa (que bien que nos gustaría), bendijera el pan y el vino en latín y nos diera una noticia nueva (¿las habrá?) sobre la dieta y las tentaciones de San Anselmo.

La cuestión, después de tanta introducción, es que hoy, día 16 de junio, el mundo literario y también el otro celebran el Bloom’s Day, fecha en la que James Joyce situó los aconteceres de Leopold Bloom en el Dublín de su Ulises.

Hace pocos días leí en el blog de Delantal una estupenda cita de Al faro de Virginia Wolf. Le contesté en ese arrebato vespertino que frecuentemente nos acomete con una especie de oda a Virginia, verborrea pura, donde, aún no sé por qué, mezclé los estofados con el luto, los potajes con Dora Carrington y el gazpacho no me acuerdo con qué. Presentía el día de Leopold Bloom, estaba cansado, empezaba a hacer calor y ya se sabe que no hay mejor remedio para eso que ponerse a escribir cualquier cosa, servirse una copita de fino, bebérsela, perder una vez más el pudor y dejarse llevar.

Monday, June 11, 2007

TABLE POUR DEUX



M.F.K. Fisher, una bella y extraordinaria escritora de la que ya nadie se acuerda por aquí (quizás los Glotonios y poco más), publicó en 1948 un libro excepcionalmente culto, agudo y divertido, Un alfabeto para gourmets, que no se editó en España, que nosotros sepamos, hasta 1993, cuando lo hizo Mario Muchnik, tan pulcro, con una traducción bastante buena de Marcelo Cohen y una portada con una foto preciosa de Cartier-Bresson.

Lo tengo siempre cerca, junto al Rodissoni, L’art de ben menjar, el libro de Julio Camba, el de Pla, los tres de Vázquez Montalbán, el de Luján y Perucho, Carmencita, Sabores, Catalunya llaminera, que es un encanto kitsch, La cocina de Nicolasa, la Enciclopedia taurina de Pepe Alegrías y poco más. Delante de los diccionarios. Y lo consulto a menudo. Miento. Lo leo a menudo.

No se trata, desde luego, de un libro de consulta sino de un conjunto de textos preciosos, cortos y definitivos, que se pueden leer a cualquier hora: como desayuno, como tentempié, como aperitivo o como dulce de sobremesa. Fácil, pues, y sobre todo digestivo.

Desde las posturas del duque de Windsor (antes de conocer a la malvada Wallys) hasta el caviar de berenjenas (que ella llama “caviar paysan”) pasando por unos espectaculares “Riñones Alí-Babá” chorreando mantequilla, con varios martinis, gibson y vinos rosados fríos de por medio, la exactitud (o la cronología) de Mary Frances se afila aún más en el último capítulo donde recomienda los protocolos, los privados, no los sociales, para las cenas solitarias, pour deux o con más comensales (seis sería el número ideal). Para esa cena perfecta a la que la Fisher nos invita cualquier noche como ésta con ese aspecto coco chanel, ese deje windsor, esa herencia escoffier, ese tono tour d’argent y esa delicadeza a la que nunca se van a acostumbrar los bárbaros, vengan de donde vengan.

N.: Los libros de M.F.K Fisher, nos dicen, están descatalogados. O sea que a rebuscar en la Cuesta de Moyano o en la calle Canuda aunque dudo que nadie suficientemente cuerdo se deshaga de cualquiera de ellos.

La ilustración es una fotografía de Nunca-hemos-conseguido-saber-quién del pintor Francis Bacon francamente joven y mostrando sus atributos.

N. II (algo más privada): Jo., si te pones pesado voy a volver a hablar de los tournedós Rossini. Amenazo.

Friday, June 08, 2007

DESCREIMIENTO



Nos vamos alimentando demasiado de esa más que sensación certeza pura de que nada es verdad ni es mentira y que por no creer, ni en uno mismo. Como aquel personaje de Fernando Fernán Gómez en su novela La Puerta del Sol que “no creía ni en Dios ni en nada, ni en las ánimas del purgatorio ni en el duque de Alba ni en la Guardia Civil”.

Pues un poco así, aunque no tanto. El día 16 se inaugura la Documenta 12, en Kassel, y todavía no hemos hablado de Ferràn Adrià, que lo haremos y en su justa medida, y tampoco nos creemos que sea la Pantoja de los cultillos, aunque sí, ni la bestia negra de los resabiados, que también, ni el dolor de cabeza de los estudiantes de Hostelería, que desgraciadamente a lo mejor.

Que el cansancio no es buen consejero es más que sabido. Y aunque sigamos creyendo en muy poco el próximo día 10, seis antes, seis, que la Documenta, octava de Corpus y festividad de San Primitivo, San Getulio y San Maurino, va a hacer un año que nos metimos en todo esto con demasiada convicción, con un si es no es de imprudencia pero con unas ganas enormes de divertirnos. Que lo hemos hecho.

Porque a pesar de todo seguimos, amos de nuestra casa, creyendo que todo esto vale la pena. Sobre todo por vosotros-ustedes.

Wednesday, June 06, 2007

Monday, June 04, 2007

CON DOLCEZZA RICE




Las noticias no dejan de serlo mientras puedan removerse. Y en eso estamos.

Después de una semana casi entera anunciando el 40 cumpleaños del Sargent Pepper hoy nos retrotraemos (o nos retrollevamos) a la visita que la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, hizo el viernes a un Madrid resfriado y algo contrito y precisamente el día del aniversario del Sargento.

Gracias a Xallue, tan puntual y tan puntilloso (y también gracias a una página de noticias y a un bloguero) nos enteramos de que la señora Arroz debe su nombre de pila a las aficiones musicales de su señor padre que hizo coincidir la onomástica de su luego famosa hija con ya no un término sino una acotación musical para las partituras. Un término algo dudoso, sin embargo. Y así “Con dolcezza” se convirtió en Condoleezza. Lo que son las cosas.

Pero la noticia, aunque estuvo en la dulce visita de la señora, continuó en el menú que le sirvieron en el palacio de Santa Cruz. Cuentan los cronistas de derechas que Aznar la obsequió en su anterior visita, en junio de 2001, y nada menos que en una finca de Toledo, con un gazpacho con bogavante y, de segundo, una paella con pularda que el cronista, de derechas y afrancesado, revistió de poularda. Cosas de la aznaridad. Y, además, ¡pobre pularda!.

El Ministerio de Asuntos Exteriores fue más estricto, menos rumboso y seguramente más ajustado a las reglas. Si es que de reglas puede hablarse en estos casos. El gazpacho del viernes pasado fue sin bogavante, si acaso con unas virutas de guijuelo, y la paella de pescado se quedó sin esa joven pularda piando por los jardines ni los bogavantes asfixiados al vapor de los tiempos. Al humor, al fragor, al hervor y al sinsabor de los tiempos que corren, por lo menos en los alrededores del palacio de Santa Cruz.

Benditos tiempos. Don Manuel Azaña se daba atracones de marisco y de faisán, sin dolcezza, luego Ramón Serrano Suñer se conformaba con unas pechugas rellenas de bechamel, insistió después don Camilo Alonso Vega con un castrense menú de pollo frito para volver a la pularda haciendo estragos en una paella aznariana y acabar, ¡bendito sea!, con un ministro algo jacobino de más que le quita hasta el bogavante al gazpacho.

Así están las cosas. La redundancia de arroz para la señora Rice no es ni siquiera una broma. Y aunque el gazpacho se vista de seda, pues eso.

Friday, June 01, 2007

WELL IT WAS 40 YEARS AGO TODAY



Sargent Pepper taught a band to play, /
They’ve been going in and out of style, /
But there garenteed to raise a smile, /
So may I introduce to you, /
The act you’ve know for all these years, /
Sargent Peppers Lonely Hearts Club Band!


Apostilla para nostálgicos y nota para quisquillosos:

El aniversario en el que venimos insistiendo toda la semana es tan histórico o tan historiable como cualquier cosa. Pero de gastronómico tiene mucho, por lo menos para acompañar, en guarnición, la adolescencia o quizás mejor, para servir de aperitivo (Sargent Pepper’s), de entrante (With a Little Help From My Friends), plato principal (Getting Better), sorbete (Good Morning) y tremendo postre (A Day In The Life). Un banquete al que por fin estábamos invitados, con el que aprendimos a balbucear “raise” y “smile”, con el que nos olvidamos de las marchas, de las consignas del día, de las boinas caladas hasta las cejas infantiles, de los versos de José María Pemán y de las novelas de Rafael García Serrano, en paz descansen, ambos. Ese banquete o esa comida diaria (esa merienda remolona, esa cena rápida y triste) que nos empeñamos en seguir contando desde aquí y desde hace casi un año.

Pues a celebrarlo vamos. Porque somos parte de una memoria que, casi de repente, pasó del blanco y negro al color, del azul mahón al azul turquesa, del pardo al bermellón, y de una forma tan fácil y ya se ha visto que tan perdurable.

Las citas que hemos ido publicando corresponden a Lucy In The Sky With Diamonds, Fixing A Hole, Within You, Without You y Sargent Pepper’s Lonely Hearts Club Band.

Y van dedicadas a mi amigo Ia Ventosa (que seguramente no lee estas cosas) y a mi querido Anton París, con los que debuté musicalmente (y virtualmente) entre la primera y la segunda Catilinaria. Más o menos.