Tuesday, May 15, 2007

OLDENBURG FRUITS (& CO.)




El domingo pasado hicimos una de nuestras excursiones matinales, urbanas y artísticas barcelonesas para aterrizar, temprano, en la recién abierta (recién desperezada) Fundació Joan Miró de Barcelona para devorar, sensu estricto (o estricto sensu, como dicen los abogados) la fantástica exposición de Claes Oldenburg y Coosje Van Bruggen.

Se trata de una exposición imprescindible con piezas, muchas de ellas, que nunca habíamos visto más que en los catálogos, una impresionante galería de apuntes, esbozos y estudios preliminares y, sobre todo, una inmensa mesa, así es, con decenas de maquetas, proyectos, objetos y souvenirs, en su mayoría propiedad de los artistas, y que enseñan y conservan ese encanto de lo previo, a veces de lo improvisado pero, sobre todo, de lo íntimo.

Son muy conocidas sus obras con “esqueletos” de peras y manzanas, inmensos, sus hamburguesas de porex, sus enloquecidos desayunos basculantes de madera, lona y poliuretano, sus bodegones completos o a medio comer. Excelente todo, el montaje, la luz, las piezas históricas e incluso las recientes. Lo único que no nos gustó fue el titulo de la exposición, Escultura, potser (Escultura, quizás) porque abre un espacio nos parece que desmesurado a la duda y duda no hay ninguna. Se trata de escultura con mayúsculas, de piezas excepcionales que resumen toda una manera de hacer, desde hace tanto, y que ya forman parte desde hace mucho tiempo de nuestra galería de iconos personales (y colectivos), artísticos e incluso alimenticios. Comestibles, mejor.

La excusa de la excursión era esa y la novísima feria de arte contemporáneo Swab, de la que ya hablamos ampliamente en otro sitio, que nos dejó con hambre pero sin ganas de comer. Ya lo contaremos otro día.

La ilustración es antigua. Se trata de la pieza Ice Cream Being Tasted, de 1964, y pertenece a la Albright-Knox Art Gallery de Buffalo, N.Y. Pero la hemos puesto ahí porque nos gusta mucho: Ice cream & the Oldenburg’s sculptures. Indeed!.

6 comments:

delantal said...

ese "nos" suena tan académico, o mayestático

manuel allue said...

Mayestático lo es, porque no me gusta nada contar las cosas en singular. El plural le resta importancia a las cosas (en mi caso), las hace más llevaderas y menos pretenciosas. O eso creo. ¿A quién le importa si "a mí" me gusta una exposición?. En cambio si "nos gusta" parece, y lo es, más creíble. Nada que ver con "nos, el bloguero" porque sería una idiotez. En fin.

Camille said...

Pues a mi, por ejemplo.
A mi sí que me interesa lo que opines tú de una exposición o de un pintor o de un escritor o de una receta o de..
De hecho llegue aquí desde tu otro blog, "el singular" ;)

Asi que, imagino y sé a ciencia cierta, hay mucha más gente interesada en tu opinión.

Saludos, modesto!

manuel allue said...

Muchas gracias, Camille. Me lo creo. Lo que ocurre es que a veces con la soledad y el silencio absoluto ante el ordenador (descansando, en mi caso) te da por pensar "demasiado" en singular. ¡Es tan fáci!. Y tan aburrido hablar de uno mismo.

O sea que voy a intentar "singularizar" mis opiniones. Discretamente.

Saludos.

starbase said...

A nosotros nos da igual como escribais. Sabemos que eres tú.

Un saludo Manuel.

PD: esa escultura de la foto.. ¿Qué tamaño tiene en realidad?

manuel allue said...

Gracias, Starbase. La escultura es pequeña, prácticamente de tamaño natural (si no me engaña la conversión de pulgadas a centímetros). Es antigua, ya lo digo, y bastante conocida pero nunca la he visto al natural (o al artificial). Está construída, como solía hacer el artista, en yeso pintado y el plato y la cuchara son auténticos, de porcelana y metal, respect.

Las esculturas que realmente impresionan son los aparatosos inventos de poliuretano y lona que se enseñan en la Miró. Vale la pena que te escapes a verlos.

Saludos cordiales.