Saturday, September 29, 2007

POR EXPERIENCIA




Seguimos con don Álvaro Cunqueiro al que mi corrector de Word siempre me subraya en rojo. ¿Pero es que todavía no reconoce a don Álvaro?

Creo que ya hablamos hace un tiempo de la Editorial Alvarellos, de Compostela, que en su colección Rescate publicó en 2005 una serie de artículos que Cunqueiro había escrito para la revista Vida gallega en su segunda etapa, entre 1954 y 1963, y cuyo encabezamiento, en la época, lo enmarcaba una hermosísima xilografía, que lamento no poder reproducir, con una lareira en su lado izquierdo (y una ventana al fondo) y en el derecho un porco haciendo equilibrios sobre un tonel flanqueado por un peixe enorme, casi tan grande como el puerco.

En el primero de sus artículos, titulado Cuando entra el otoño, Cunqueiro nos da una clase magistral de lo que antes se llamaba prosa poética y que es algo que ahora no se usa, no se gasta, como dicen los castizos, nos avanza lo que va a ser su sección viajera y gastronómica, mezcla a príncipes de la Iglesia con curas de aldea, cosa hasta cierto punto normal, a nobles toscanos con canónigos, lo que no está tan mal, y a Proust con los monjes benedictinos, lo que no sé si le hubiera gustado mucho al escritor.

Anota lo hermoso, “una hermosa cosa” dice, que es “comer en una solana abierta al mediodía, oyendo el mirlo que anda por la parra picoteando los últimos racimos”. Antesdeayer compramos en el mercado de abastos compostelano varios racimos de lo que allí llaman uva catalana, de piel contundente y que hay que hacer estallar, literalmente, el grano en la boca, presionando con los dedos. Una delicia bajo ese sol otoñal, sin mirlos pero con una paloma flaca que nos miraba, sin saber si picotear o adivinar de dónde veníamos.

Nosotros (el plural es auténtico) sabíamos de dónde veníamos pero ni sospechábamos a dónde íbamos. Don Álvaro Cunqueiro, al que también le gustaba dejarse llevar, nos deja en su libro una frase, colgada pero no al azar, que ya hemos anotado en nuestro frontispicio. Mental: “De todo se hablará, Dios mediante, (…) por experiencia y no por silogismos”. Dice el escritor que lo pedía el señor de Montagne o a lo mejor un monje de Cluny o la mismísima condesa de Clermont-Tonnerre. Por silogismos no vamos a ninguna parte. No sabemos. Y por experiencia, pues haremos lo que podamos.

11 comments:

delantal said...

Qué bonita la vena gallega que te salió.
Qué dulce la uva, el otoño y el canto del mirlo, convertido en paloma tiñosa (esas ratas del aire).
Arte, poesía y cocina en tu blog ¿qué más se puede pedir?

manuel allue said...

Muchas gracias por tus palabras. La uva y el mirlo lo han puesto los compostelanos (lo tienen desde siempre). Yo he vuelto, sobre todo, a mirar.

DESPERTAFERRO said...

Manolo: Compartimos dos aficiones o costumbres: la pasión por el binomio cultura-gastronomia y otra no menos importante, la de mirar e intentar comprender lo que hay a nuestro alrededor a través de la mirada escrutadora. ¿ Me equivoco?

Jorge Guitián said...

Estupendo texto sobre un no menos estupendo Cunqueiro (cuantas veces nos dejamos llevar por deconstrucciones y posmodernidades y olvidamos de los clásicos).

Solo un apunte: si no me equivoco Alvarellos es de Lugo.

manuel allue said...

Te echaba de menos, Despertaferro. Pues sí, creo que compartimos bastantes cosas y ese "binomio" sería una de ellas. Y en cuanto a lo de escrutar, doncs, anem fent.

Muchas gracias, Gourmet, por el piropo. El pié de imprenta de la editorial Alvarellos reza, textualmente, "ALVARELLOS EDITORA, Arribadas, 7, 1º C, 15706 SANTIAGO". Y el libro en cuestión está impreso en "Tórculo", o sea que mais compostelan, imposible. De todas formas Henrique Alvarellos cuenta en el prólogo la historia de la editora y efectivamente "echó a correr", dice, en Lugo en 1977 y la revista "Vida Gallega" fue fundada allí por un tío-abuelo del actual propietario. Por lo que cuenta, debió de traladarse a Compostela en 2004, o antes, fecha del fallecimiento de su padre.

starbase said...

Todo lo gallego me tiene -de entrada- un poco vencido el corazón porque de Galicia solo me he llevado bellezas en la vida.

De pequeño y de mayor.

A la obra de Cunqueiro no la conozco (esta gente de ciencias, pobrecicos) pero espero que pronto sea una experiencia escrita en el libro que voy respirando.

manuel allue said...

Precioso lo que me dices, Starbase. Galicia se queda en el corazón para siempre y no es un topicazo al uso. Mejor aún: estés donde estés nunca te has ido. Yo lo aprendí hace años y ahora, ¡qué quieres que te diga!, me vuelvo a sentir atrapado.

Si "respiras" a Cunqueiro poco a poco te vas a llevar algo más que literatura.

Camille said...

Realmente la belleza está en las pequeñas cosas, pero hay que ser muy grande para verlas...o para encontrarlas.

Qué bonito esto: "estés donde estés nunca te has ido"

manuel allue said...

Muchas gracias, Camille. A veces creo que no sé hacer otra cosa sino fijarme, prestar atención a lo que me rodea. Porque a veces, también, es fantástico.

Jorge Guitián said...

Estás más actualizado que yo. Gracias por la corrección a la correción.

manuel allue said...

Bueno, Gourmet, sólo he leído los piés de imprenta y luego he buscado un poco (soy un vicioso).