De ópera ni idea oiga. De sospechas, algo más. Pero procuro que no abunden. De lo que va este post, nulo total. Pero me sigue gustando.
Además, tengo entradas para Don Giovanni en el Liceu (la primera vez que compro a un año vista y la primera vez que compro entradas para la ópera, hay que ver).
Al margen de que te guste la ópera, Mozart y Las bodas de Fígaro, este post tan enigmático me sugiere que desconfías de alguien, de alguien que visita tu blog... ....o son paranoias de internet?
Por supuesto que no desconfío de nadie en concreto y mucho menos de mis encantadores, fieles y sobre todo alentadores lectores. En catalán existe una palabra mejor para el alentador, "encoratjador", que es el que da o proporciona "coratge", coraje, arrojo, valentía.
Mi lamento es privado pero me ha parecido bien hacerlo público. Porque estaba escuchando una grabación espléndida, la mejor, de "Le nozze" y tenía ganas de tocar las narices. O no.
gran melómano y enigmático en tu respuesta. ;) Camille, yo soy dada a sonsacar, aunque muy poco cotilla y menos chismosa, lo mío es pura provocación por vicio. Y sí que soy desconfiada y disparatadamente paranoica, mis amigos se parten de risa con mis paranoias porque a la familia ya la tengo cansada. :D Qué buen rollito hay en estos comentarios de manuel.
Yo no digo nada, pero es acojonante que con el post que has puesto lleves ya 10 comentarios. jejeje. Yo no he ido a la ópera nunca y la música clásica sólo me gusta oirla verdaderamente cuando veo a los músicos tocar. Así que nada, esperaremos al próximo post.
Pues seguimos. Sergio, que a mí me pasa casi lo mismo. Escucho mucha música clásica (siempre está ahí, aunque sea "de fondo", lo que es una barbaridad) pero cuando veo a los intérpretes es cuando realmente me gusta. Cuando la entiendo mejor, vamos. Y ver una ópera casi encima del foso aunque los cantates queden altos y la escena lejos, es una aunténtica pasada. Para mí.
Pues yo nunca lo he visto. Me queda eso y... montar en globo. jejeje. La música la llevo bastante dentro desde hace tiempo y, de hecho, ahora estoy aprendiendo a tocar la guitarra. Pero lo dicho, cuando veo al músico me gusta 100 veces más.
Manolo y público blogista en general: Me reconozco semianalfabeto en cuestiones operísticas. Aunque sé lo que me gusta y lo que no. Este género musical me interesa y me gusta, sin embargo estoy de acuerdo con manolo cuando dice que verlo en vivo aunque sea desde lo alto te hace disfrutar como un enano. Todo lo que he oído de Verdi me gusta y lo siento próximo.
Pues que ¡Viva Verdi!, aunque no como decían los monárquicos ochocentistas italianos y los nostálgicos y apolillados novecentistas: V(iva) E(l) R(e) D'I(talia)!
Yo, la verdad, es que no he tenido muchas oportunidades de ir a la ópera. Me encantaría ver Aida, pero nunca he conseguido entradas. Pero escucho ópera desde pequeña porque me gusta. No sé muy bien cómo ocurrió. La escuché, a ella, a María Callas. Se me puso la carne de gallina y me emocioné. Tengo todas sus óperas, con sus libretos. Me apasiona Verdi en general y Turandot de Puccini es una de mis óperas favoritas. También me gusta la música clásica (aunque no entiendo mucho) pero me sucede practicamente lo mismo. Es muy díficil asistir a buenos conciertos. Los buenos o no hay entradas o los precios son prohibitivos, como la ópera.
Lamento decir que es la única misica original que entra en casa. (Lo demás lo bajamos de internet..ejem)
No sé si en el Arriaga se pueden conseguir entradas a buen precio y a última hora. En el Liceo y en el Real sí. A veces puedes encontrar (sobre todo para el Liceo, que es el que tengo cerca) auténticos chollos metiéndote a menudo en su página web. Eso sí, son entradas solitarias (¿y qué?) y siempre para el día que no te viene bien. Además, y para conciertos de música clásica, incluso se puede asistir a los ensayos. En fin.
Si tienes un Mac (para los PCs no lo sé) hay un programa de música, iTunes, donde puedes contactar con más de veinte emisoras internacionales de música clásica. Prácticamente sin publicidad, se oyen estupendamente y hay uno de ópera donde te las emiten enteras y sin interrupciones. Es estupendo.
....¿Pero eso de la ópera no era un coñazo que sólo se acaba cuando canta la señora gorda?... Es broma.... Pero sólo soporto las óperas francesas o de Mozart... Hay menos gordas. X
El autor de las historias de Tintín, Hergé, decía en una entrevista que le desesperaban las óperas porque una señora obesa (él era "plus poli") cantaba durante horas que se iba ("je m'en vais, je m'en vais"") y no acababa de irse nunca. A Oscar Wilde le deprimían los escotes de las sopranos, "tan inútiles", dijo. En fin. Hay maravillosas sopranos con un tipo envidiable que cantan unas historias inverosímiles pero llenas de ternura o de "bravura", depende.
También hay óperas francesas insoportables y hasta con Mozart se pueden hacer las cosas mal. Difícil pero no imposible. La ópera es grande y no hay quien la arranque de nuetras memorias. Occidentales, claro.
18 comments:
i sospetti, anche
Ma sempre voglio scacciare ogni sospetto, credulo.
De ópera ni idea oiga.
De sospechas, algo más. Pero procuro que no abunden.
De lo que va este post, nulo total. Pero me sigue gustando.
Además, tengo entradas para Don Giovanni en el Liceu (la primera vez que compro a un año vista y la primera vez que compro entradas para la ópera, hay que ver).
Pues gracias, Starbase. Creo que va a ser un buen Don Giovanni y seguro que te lo vas a pasar muy bien.
Al margen de que te guste la ópera, Mozart y Las bodas de Fígaro, este post tan enigmático me sugiere que desconfías de alguien, de alguien que visita tu blog...
....o son paranoias de internet?
Por supuesto que no desconfío de nadie en concreto y mucho menos de mis encantadores, fieles y sobre todo alentadores lectores. En catalán existe una palabra mejor para el alentador, "encoratjador", que es el que da o proporciona "coratge", coraje, arrojo, valentía.
Mi lamento es privado pero me ha parecido bien hacerlo público. Porque estaba escuchando una grabación espléndida, la mejor, de "Le nozze" y tenía ganas de tocar las narices. O no.
Jo..
delantal, ya estás largando lo que sospechas tú ja ja ja
(esto es psicología de manual)
gran melómano y enigmático en tu respuesta.
;)
Camille, yo soy dada a sonsacar, aunque muy poco cotilla y menos chismosa, lo mío es pura provocación por vicio.
Y sí que soy desconfiada y disparatadamente paranoica, mis amigos se parten de risa con mis paranoias porque a la familia ya la tengo cansada.
:D
Qué buen rollito hay en estos comentarios de manuel.
Pues que siga. Para eso estamos (melómano a medias y enigmático, poco).
Yo no digo nada, pero es acojonante que con el post que has puesto lleves ya 10 comentarios. jejeje. Yo no he ido a la ópera nunca y la música clásica sólo me gusta oirla verdaderamente cuando veo a los músicos tocar. Así que nada, esperaremos al próximo post.
Pues seguimos. Sergio, que a mí me pasa casi lo mismo. Escucho mucha música clásica (siempre está ahí, aunque sea "de fondo", lo que es una barbaridad) pero cuando veo a los intérpretes es cuando realmente me gusta. Cuando la entiendo mejor, vamos. Y ver una ópera casi encima del foso aunque los cantates queden altos y la escena lejos, es una aunténtica pasada. Para mí.
Pues yo nunca lo he visto. Me queda eso y... montar en globo. jejeje. La música la llevo bastante dentro desde hace tiempo y, de hecho, ahora estoy aprendiendo a tocar la guitarra. Pero lo dicho, cuando veo al músico me gusta 100 veces más.
Manolo y público blogista en general: Me reconozco semianalfabeto en cuestiones operísticas. Aunque sé lo que me gusta y lo que no. Este género musical me interesa y me gusta, sin embargo estoy de acuerdo con manolo cuando dice que verlo en vivo aunque sea desde lo alto te hace disfrutar como un enano.
Todo lo que he oído de Verdi me gusta y lo siento próximo.
Pues que ¡Viva Verdi!, aunque no como decían los monárquicos ochocentistas italianos y los nostálgicos y apolillados novecentistas: V(iva) E(l) R(e) D'I(talia)!
Yo, la verdad, es que no he tenido muchas oportunidades de ir a la ópera.
Me encantaría ver Aida, pero nunca he conseguido entradas.
Pero escucho ópera desde pequeña porque me gusta. No sé muy bien cómo ocurrió. La escuché, a ella, a María Callas. Se me puso la carne de gallina y me emocioné. Tengo todas sus óperas, con sus libretos.
Me apasiona Verdi en general y Turandot de Puccini es una de mis óperas favoritas. También me gusta la música clásica (aunque no entiendo mucho) pero me sucede practicamente lo mismo. Es muy díficil asistir a buenos conciertos. Los buenos o no hay entradas o los precios son prohibitivos, como la ópera.
Lamento decir que es la única misica original que entra en casa.
(Lo demás lo bajamos de internet..ejem)
No sé si en el Arriaga se pueden conseguir entradas a buen precio y a última hora. En el Liceo y en el Real sí. A veces puedes encontrar (sobre todo para el Liceo, que es el que tengo cerca) auténticos chollos metiéndote a menudo en su página web. Eso sí, son entradas solitarias (¿y qué?) y siempre para el día que no te viene bien. Además, y para conciertos de música clásica, incluso se puede asistir a los ensayos. En fin.
Si tienes un Mac (para los PCs no lo sé) hay un programa de música, iTunes, donde puedes contactar con más de veinte emisoras internacionales de música clásica. Prácticamente sin publicidad, se oyen estupendamente y hay uno de ópera donde te las emiten enteras y sin interrupciones. Es estupendo.
....¿Pero eso de la ópera no era un coñazo que sólo se acaba cuando canta la señora gorda?...
Es broma....
Pero sólo soporto las óperas francesas o de Mozart...
Hay menos gordas.
X
El autor de las historias de Tintín, Hergé, decía en una entrevista que le desesperaban las óperas porque una señora obesa (él era "plus poli") cantaba durante horas que se iba ("je m'en vais, je m'en vais"") y no acababa de irse nunca. A Oscar Wilde le deprimían los escotes de las sopranos, "tan inútiles", dijo. En fin. Hay maravillosas sopranos con un tipo envidiable que cantan unas historias inverosímiles pero llenas de ternura o de "bravura", depende.
También hay óperas francesas insoportables y hasta con Mozart se pueden hacer las cosas mal. Difícil pero no imposible. La ópera es grande y no hay quien la arranque de nuetras memorias. Occidentales, claro.
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