Nuestro amigo Sebastián Damunt nos recomendó ayer, en uno de sus estupendos blogs, Charla de sobremesa, el cruce de cartas, espléndido y hasta cierto punto conmovedor, que tuvieron el cocinero senyor Vila, de Blanes, y el escritor Josep Pla, de Llofríu, en la páginas de la revista Destino en el mes de agosto de 1946 a cuenta de unos salmonetes.
Hay que leerlas ambas y no perder ripio. La declaración de principios del de Llofríu sobre su “ex paladar”, “un paladar que pasó a la historia”, es genial.
La ilustración se la hemos tomado prestada a las Pescaderías Coruñesas de la calle Juan Montalvo número 14 de Madrid. O sea que a lo mejor el salmonete no es ni de Tossa ni de Blanes.
8 comments:
eL SALMONETE ES UNA ESPECIE DIFICIL DE PESCAR,-... incluso de comprar.
Ya no hay salmonetes como los de antes debe ser un lugar común... pero siempre recordaré la historia de la última comida con mi tio Modesto en un caserio de Vizcaya, cerca de Bakio con una carta muy corta: Sopa, ensalada, tortilla, chuletas y salmonetes. Elegí los salmonetes y mientras esperábamos volvió la nesca que nos servia, algo desolada, para decir que sólo le queda un salmonete y que como la ración eran dos, que haber que hacía. Aún estaba dudando cuando, insistió: "Si quiere, se lo enseño". Al poco volvió con el animal en un plato y os aseguro que pesaba, a la vista, medio kilo. Nos cobraron media ración.
Y esto no es, como dicen en Catalunya, "un sopar de duro". Mi tio Modesto, como hacia algo de fresco en el porche del caserio, comió con el gabán y el sombrero puesto...
Manolo, te falta un tercer salmonete: el cantaor. ;)
Por lo demás, es como todo. No sé siquiera si se aproximarían a los de antes o su pedigree. Pero a mi los salmonetes recién fritos en la orilla atlántica de mi Cái me sabían a gloria bendita. Y eso que mi paladar es de tierra adentro.
Besos.
Josep Pla tenía razón. Casi siempre la tenía aunque a lo mejor haya a quien le parezca mal: los mejores salmonetes, los de Tossa, como los langostinos de Vinaroz y en cuanto a las gambas, que si Palamós que si Tarragona que si San Carlos. Lo mejor de todo es que sigan enroscados en nuestras memorias (culinarias y de las otras) y prometan con su brío y su color paraísos no tan inalcanzables, Puntiyo, Louis y Berrendita.
Don Manuel. El salmonete es un pez carroñero, una especie de las denominadas de roca. Dicen los pescadores de mi zona, que es un pez carroñero debido a que se lo traga todo. Supongo por este motiva está tan rico.
DIcen también mis pescadores que cuando en una casa se moría un animal, gato, perro, asno etc. sabían donde tirarlo, en que parte de la costa era preciso lanzarlo para que dentro de poco tiempo llenar las redes de esos maravillosos Molls o rogers o salmonetes.
Cap i pota dixit.
El etnógrado Amades recogía un dicho de la costa catalana que reza (o rezaba) que el salmonete, el moll, "és un peix que crida a mort", un pez que llama a la muerte. En mi pueblo tuvo durante un tiempo bastante mala fama, precisamente por ser un pez necrófago, y todavía hay gente que no los come. Algún día tendremos que contar las oscuras historias (¡brillantes!) que le han dado esa mala fama.
A mí, Cap i pota, los salmonetes me encantan. Incluso después de 1962.
Manolo: Con lo que bajó por nuestros rios en 1962, la pesca del salmonete fue de las mejores, tanto en cantidad como en calidad de las piezas. Que nadie se escandalice,las cosas son como son y no hay vuelta atrás.
Pues eso. 1962 fue un año tremendo en muchos sentidos y los salmonetes, enormes.
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