Tampoco Vázquez Montalbán comió hormigas rojas ni Néstor Luján aprendió a preparar un dry martini decente ni tan siquiera a Georges Simenon le gustaba el cossoulet de Castelnaudary.
De tópicos está construido el mundo contemporáneo (y el antiguo y el medio, y hasta el moderno), romántico es el enamoradizo, glotón el tragaldabas y culto el que se sabe de memoria el top ten de los libros más leídos. Viajero el que ha estado tres veces en Venecia (las tres en verano) y gourmet el que sabe distinguir el pelo de la pluma y ha comido una vez en El Bulli, dos donde la Ruscalleda y más de tres en lo de Santi Santamaría. Tiempos difíciles donde los haya. Confundidos, manidos y parcamente compuestos. Aliñados al desgaire como decía don Pío Baroja que había que hacer con las ensaladas. Aunque a don Pío le gustaban más los garbanzos, tanto como a don Benito, y a Valle, en cambio, la cerveza negra y el salpicón de marisco (así dicen que, moribundo, pidió que le sirvieran el almuerzo). Tópicos.
12 comments:
A la merda els tópics.
Yo no he comido en ninguno de los tres sitios y soy de un gourmetismo hepatante.
Me gusta ir a comer con la gente. Pero cada uno paga lo suyo eh, que sóc català.
¿No será que lo que Valle pidió fué el viático? Me refiero al refrigerio que se lleva para acompañar los viajes :-))
Starbase, xato: ¿se te escapó la "hache" o eres, como yo un gourmet que le da al hígado de oca, tan "hepático" y colagogo?
Petonets.
Pues ¡bien por el gourmetismo gourmet!, Starbase.
Louis, estoy seguro de que don Ramón María, feo, católico y sentimental como su Marqués de Bradomín, no pidió el viático así como así. Creo que murió en el sanatorio Villar iglesias de Compostela y a lo mejor no pidió cerveza negra sino agua de regaliz. Pero me gusta el cuento.
Desde mi desgana transitoria,(espero) exhorto a la parroquia a que frecuente los restaurantes de mantelillo de cuadros, o de papel y que después, ahítos de orujo y otras sustancias vaya y le pegue fuego al Bulli, al delantal de la bocazas de la Rusca y que después se pase por la casa de San santamaría y le vacíe la bodega.
Hay que acabar con tanto vividor y tanto cantamañanas. La Fonda al poder, con un par.
No sé si desganado pero incendiario sí que te encuentro, Despertaferro. Aunque ahora que lo dices lo de vaciarle a bodega al Santamaría tendría su aquél. En fin.
Los tópicos deben de ser los trombos de la memoria.
Anoche cené unos guisantes al vapor, aliñados con sal y aceite, que eran mantequilla divina.
Final: ¡Cómo que era feo Don Ramón María!, era extraño pero guapo.
Bueno, el que dice que era feo era el Marqués de Bradomín (y católico y sentimental). Don Ramón María era bajito pero con un físico atractivo, con sus "barbas de chivo" y un ceceo que no abandonó nunca. También es cierto que era de poco comer y de bebida lenta: el mejor escritor de ambos siglos (del turn of the century, XiX-XX) al que todavía se le deben cosas aunque muchos lo disimulen.
pues a mí me encanta que me cuentes esos tópicos, Manuel.
Gracias, Delantal, en nombre del señor Marqués.
Ayer desayuné "seques amb botifarra" acompañadas de un sobervio allioli no desestructurado, sin lecitina, ni gelatina con la textuta (bendita palabra)de siempre. Las seques son un típico tópico catalán con el que yo me reconcilié hace unos años. Este era un plato de los de "hacer país". Yo me resisto a hacer nada y menos un país. Como seques amb botifarra porque me gustan y punto. Acompañé las seques con un vino sin marca, anónimo, sin pedigree ninguno. Estaba rico el jodido vino. Más tarde sobre las 13 horas me acosté a dormir hasta las 17 horas. Cuando alguien me afea esta siesta, le digo 1) Es mi día libre y duermo lo que me da la gana, 2) dormir por la tarde me ayuda a dormir mejor por la noche y 3) puedo dormir porque lo necesito y estoy cansado y además tengo la conciencia tranquila, lo cual permite dormir a pierna suelta y no tener pesadillas.
¿A qúé venía esto? no me acuerdo, es igual, ya lo he dicho.
Ah! si, venía a cuenta de los gourmets que se la cogen con papel de fumar y se les hace el culo Calisay con la Ruscalleda, Adriá i cía.
Por cierto, me tomé un carajillo de anís del mono y dos cafés más acompañados todo ello de diez cigarrillos winston. ¡Qué placer!
¡Bien por el desayuno, Despertaferro! Y por los carajillos.
Algún día habrá que escribir, con mala leche, sobre esos menús políticos que le servían a Jordi Pujol y a sus congéneres (¿o son sus adláteres?) que M.V.M. contaba tan bien: ensalada catalana (dos hojas de lechuga, un tomate de regadío, soso, cuatro "olives arbequines", cuatro, y unas laminillas de fuet de fábrica, de segundo fricandó flotando en una agüilla amarronada con islas de guisantes congelados, enormes, y de postre crema catalana enriquecida con maizena y quemada con un soplete. Más o menos era eso.
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