Tuesday, December 05, 2006
PERNOD CORONAT OPUS
Supongo que se tratará de una coincidencia, pero os estoy viendo a todos bastante empeñados en añadirle unas gotitas de absenta, aunque ya lo he contado, a muchos de los peces de este mar ¿inveterado? y a alguno traído a rastras de los océanos. Será casualidad.
Josep Mompou, un pintor parcialmente olvidado, pintó esta bonita botella de pernod bastante después de que lo hiciera Picasso en su conocido cuadro. No le vamos a añadir literatura. Los dos cuadros tienen casi las mismas medidas y, desde luego, no tienen nada que ver. Ni histórica ni estéticamente. Pero ambos convierten a nuestra gloriosa botella en el tema protagonista. De la bebida, que no de la cocina. A eso vamos. Ya casi nadie bebe pernod a este lado de la guía michelin, ni a nadie se le ocurre, ¡valganos Dios!, incluirlo como mención, como aliño, en ningún plato de su carta. Ni siquiera privada. En dos años, o poco más, hemos visto qué digo cientos, miles de platos, entrantes, segundos, postres, sorbetes, helados, hasta ¡nueces! bautizadas con Pedro Ximénez. Incluso, en el colmo de la cursilería, hemos leído algo como “tartare de lo-que-sea” o “bavaroise de qué-más-da al P.X.”, ¡con las iniciales!, como si se tratara de cyclon 2, que a eso me suena, o de la contraseña imprescindible para acceder a una cofradía misteriosamente gastronómica.
Me quedo con el pernod. Aunque no lo use nunca, ni para la lubina de Xallue ni para los salmonetes de Maxim ni para la copa solitaria que tanto nos merecemos algunas veces, para coronar la estupidez del día.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
2 comments:
Zyclon 2 va con "zeta", en alemán y, dicen, no tenia aroma. Ni a hinojo ni a nada. Los "beneficiarios" de la desparasitación olían a holocausto... Tiempos perros.
Ya ves. He confundido tu zyclon con los míos, los llamados "cyclon 2". A saber:
1. Un aspiradora inalámbríca con mango telescópico.
2, Una "cicletada", que no bicicletada, chilena que tuvo lugar el 1 de noviembre de 2006.
3. Un suavizante con aroma a "summer blossom".
4. Unas baterías de inducción y, finalmente,
5. Un incomprensible ¿producto? ucraniano que he sido incapaz de traducir.
Lo cierto es que he aprendido mucho de mi error, que odio los ciclones, incluso sin zetas ni y griegas, y que odio aún más a los cocinerillos copiones e insensatos que le ponen Pedro Ximenez hasta al cocido.
Post a Comment