Monday, June 11, 2007

TABLE POUR DEUX



M.F.K. Fisher, una bella y extraordinaria escritora de la que ya nadie se acuerda por aquí (quizás los Glotonios y poco más), publicó en 1948 un libro excepcionalmente culto, agudo y divertido, Un alfabeto para gourmets, que no se editó en España, que nosotros sepamos, hasta 1993, cuando lo hizo Mario Muchnik, tan pulcro, con una traducción bastante buena de Marcelo Cohen y una portada con una foto preciosa de Cartier-Bresson.

Lo tengo siempre cerca, junto al Rodissoni, L’art de ben menjar, el libro de Julio Camba, el de Pla, los tres de Vázquez Montalbán, el de Luján y Perucho, Carmencita, Sabores, Catalunya llaminera, que es un encanto kitsch, La cocina de Nicolasa, la Enciclopedia taurina de Pepe Alegrías y poco más. Delante de los diccionarios. Y lo consulto a menudo. Miento. Lo leo a menudo.

No se trata, desde luego, de un libro de consulta sino de un conjunto de textos preciosos, cortos y definitivos, que se pueden leer a cualquier hora: como desayuno, como tentempié, como aperitivo o como dulce de sobremesa. Fácil, pues, y sobre todo digestivo.

Desde las posturas del duque de Windsor (antes de conocer a la malvada Wallys) hasta el caviar de berenjenas (que ella llama “caviar paysan”) pasando por unos espectaculares “Riñones Alí-Babá” chorreando mantequilla, con varios martinis, gibson y vinos rosados fríos de por medio, la exactitud (o la cronología) de Mary Frances se afila aún más en el último capítulo donde recomienda los protocolos, los privados, no los sociales, para las cenas solitarias, pour deux o con más comensales (seis sería el número ideal). Para esa cena perfecta a la que la Fisher nos invita cualquier noche como ésta con ese aspecto coco chanel, ese deje windsor, esa herencia escoffier, ese tono tour d’argent y esa delicadeza a la que nunca se van a acostumbrar los bárbaros, vengan de donde vengan.

N.: Los libros de M.F.K Fisher, nos dicen, están descatalogados. O sea que a rebuscar en la Cuesta de Moyano o en la calle Canuda aunque dudo que nadie suficientemente cuerdo se deshaga de cualquiera de ellos.

La ilustración es una fotografía de Nunca-hemos-conseguido-saber-quién del pintor Francis Bacon francamente joven y mostrando sus atributos.

N. II (algo más privada): Jo., si te pones pesado voy a volver a hablar de los tournedós Rossini. Amenazo.

18 comments:

Mar Calpena said...

En inglés, en cambio, los libros de M.F.K. Fisher siguen reeditándose periódicamente y se encuentran sin problemas en Amazon. Juega un lugar icónico en la gastronomía americana similar al de Nestor Luján aquí.

delantal said...

me encanta la foto, no la conocía.

manuel allue said...

Claro, claro, y una fundación vela por su legado literario y su traducción del Brillat-Savarin sigue siendo "la traducción". En España, aparte de los Tusquets y las Zendrera Zariquei, los editores siguen considerando la gastronomía como chucherías. Más o menos.

La foto es magnífica, Delantal. Isn't?

otolete said...

MFK nos inspira y confirma nuestras pesquisas: comer por escrito con ella y beber de sus libros es la mejor forma de hacerle honores a una mesa excelentemente dispuesta: "des vraies paroles et un martini pour la table Fisher, SVP". La adoramos!

manuel allue said...

Deux martini!! (ou presque).

Sebastián Damunt said...

Amigo Manuel:

Una vez más encandilas con tus informaciones de bibliografía gastronómica. Ya he iniciado la búsqueda de “Un alfabeto para gourmets”. Si Philippe Regol, desde su blog “observación gastronómica”, me deja con la sensación de estar en la inopia, tus interesantes comentarios siempre me sorprenden e incentivan.

Un admirado saludo de
Sebastián Damunt

Camille said...

Sí, es un don que tienes: el encandilamiento por los libros que nombras.
Yo sigo buscando los de Néstor Luján (encandilada por uno de tus textos).
Además, me gusta.
Es una afición muy bonita, además de la lectura y la posesión.
La búsqueda de los libros en sí ya es un hobby..
Asi que gracias, de nuevo, por compartir tus nostalgias.
Se que me repito como el ajo pero aprendo tanto leyéndote que es todo un placer venir a verte...

delantal said...

tengo también debilidad por Bacon, por su torturada vida y obra, por sus tonos rosas y su caos, por su tierna humanidad, por su franqueza vulnerable, honestidad desmedida...
y porque frió en una silla eléctrica a Inocencio X, todo un símbolo, n`est pas?

manuel allue said...

Pues me dejais sin palabras, Sebastián, Camille y Delantal.

Me gustan mucho más los libros de los comensales que los de los cocineros. Y si además no son críticos gastronómicos, pues mejor. Claro está que hay excepciones. Pero no cambio una receta (a lo mejor insinuada) de Simenon o de Patricia Highsmith por "lo mejor de" cualquier cocinero.

Y Francis Bacon, pues qué quieres que te diga, nos fue dejando a todos patitiesos y aún sigue conmoviendo (y lo hará siempre) a cientos de pintores y de no pintores. ¡Ese sí que es un emblema y no una marca!

Muchísimas gracias a los tres por vuestros comentarios.

Ana Pedrero said...

Por fin puedo dejarte un comentario, Manolo!!!! :)
Sobre Bacon, poco que añadir. Sobre libros, estaré expectante por intentar pillar los que nos recomiendes, aunque apenas creo en los teóricos del comer y juro sobre mis platos que cocino como dios, jajaja, porque me encanta lo que saco a la mesa (antes muerta que sencilla, Manolo...). Sobre cocina, tuve/tengo la suerte de descender de dos reinas de los fogones, como mi abuela Carmen (ya sabes, "la Golondrina" por siempre en la memoria)y mi madre, que a su vez desciende de guisanderas de altura. Algún día tendré que pasarte las fichas de cocina tradicional zamorana que hicimos juntas, con recetas centenarias, no profesionales, no críticas, pero gloria bendita, para que ya entres hasta la cocina en mi casa, que es la tuya. Que es donde más ricas saben las cosas, que es donde puede poner un café en vaso de cristal sin que quede mal.
Y poco más. Pásate por la fábrica. Que te echo de menos, porque eres parte de ella. Porque son mis sueños, y tú/vosotros ya estáis ahí.
Un besazo.

manuel allue said...

Anita, cariño, gracias por visitarme. Lo de las recetas de tu abuela Carmen hay que hablarlo, porque no pueden (no deben) quedar inéditas. Hay un "Buenas recetas de La Golondrina" o algo así pendiente. Ya hablaremos.

Paso por tu fábrica cada noche ¡y siempre está abierta!.

Mil besos.

Jorge Guitián said...

Supongo, por lo que te he leido en anteriores ocasiones, que estarás, como yo, de enhorabuena por ese galardón a Bob Dylan. Creo que es un día en el que los nostálgicos musicales tenemos mucho que celebrar.

manuel allue said...

Claro que sí, Gourmet. Bob Dylan es el padre de esos abuelos (Lennon, McCartney, Sting), musicalmente y te diría que ideológicamente. Y ahí sigue.

Nopisto said...

El libro de MFK Fisher lo compré en su momento y me dejó un poco frio, será cuestión de releerlo. Aunque es cierto que los americanos la veneran. Yo me siento más cerca de Steingarten cuyos libros, segun me contó, no se pueden editar fuera de los USA por problemas de copyright, pero son altísimamente recomendables.

Por cierto que me han hablado muy bien del de Ruth Reichl. ¿Sabeis algo?

manuel allue said...

Quizás el "Alfabeto" sea un libro demasiado "en la época". Ahora ya nadie habla tan tranquilamente del duque de Windsor ni de si son mejores los gibson o los martini ni del libro de Paul Reboux (tan definitivamente pasado de moda) o de qué se debe de comer o no comer cuando se está enamorado. Quizás es mejor "Serve It Forth", su primer libro de antes de la guerra (que también está traducido), pero es quizás más literario y menos culinario. Así y todo, ¡qué le vamos a hacer!, seguimos enamorados.

De Ruth Reichl no hemos leído nada. Pero como se trata de una contemporánea (o casi) nuestra, habrá que hacerlo.

Mar Calpena said...

De la Reichl yo he leído "Garlic and sapphires". Básicamente, cuenta sus aventuras y disfraces como crítica gastronómica. Es entretenidillo, sin más. Steingarte me gusta, pero a pequeñas dosis, porque llega a ser tan exhaustivo que marea. Otro muy en la línea humorístico-rigurosa de Steingarte es Calvin Trillin, del New Yorker.

Mar Calpena said...

Steingarten, con "n", que no sé porque le he mutilado el nombre...

manuel allue said...

Un amigo, lector, atento y piadoso, me prestó ayer el "Garlic and Sapphires" de la Reichl, "su" ejemplar, subrayado, anotado y manchado, según él, de té y queso cheddar, de garlic y de sapphires. No tanto.

Ya contaremos (si hay que hacerlo) algo más de la "vida secreta" de la "critic in disguise".