Saturday, November 10, 2007

GASTRONÓMICO




En la reseña que aparecía ayer en el suplemento “Què fem” de La Vanguardia sobre un restaurante vecino, un honrado e innovador negocio, el periodista despacha la nota diciendo que (traducimos) “pretende ser un restaurante gastronómico con un servicio informal y humano”. Supongamos que además de pretenderlo lo consigue. Pero si no fuera gastronómico ¿qué sería?: ¿ontológico? ¿metafísico? ¿existencial?. Y otra pregunta: si el servicio no fuera humano (dentro de su informalidad) ¿sería inhumano o tal vez divino?

Demasiado complicado para mí.

24 comments:

DESPERTAFERRO said...

Manolo: En un reciente comentario que hice a un post de Mar calpena, sin querer decirlo dije que los críticos gastronómicos y demás compañeros de vieje, me parecían una gente muy poco seria.Ahora añado: Son unos auténticos cantamañanas, unos pijos pana y además no tiene ni puta idea de cuál debe ser su cometido a la hora de cualificar la labor (nada fácil) que intentan llevar a cabo los profesionales de la restauración (no todos, tampoco).
A mi modesto entender, creo que deben decir lo que ven, comentar la carta, los vinos los postres y´cómo colofón añadir comentarios y sujerencias: ruido ambiental, frío-calor, espacio entre las mesas, recomendaciones a la carta y finalmente valorar la relación calidad precio.
Estos mindundis quieren hacer florituras con la pluma (en el caso de que sepan lo que es) a falta de un critério claro de cuál es su verdadero cometido, con el agravante de que siempre habrá algún ciudadano que les hará caso y se perderá un buen plato de cap i pota, con el consiguiente perjuicio económico para el hostelero que debe pagar los jornales, los impuestos la seguridad social y tantas otras cosas.
He dicho, que por hoy no es poco. Caguenlá..

manuel allue said...

Narcís, hacía tiempo que no leía lo de "mindundis".

No todos los críticos son lo mismo, tú lo sabes, pero leo cosas mucho mejores y a veces geniales en muchos blogs "de cocina y gastronomía" escritos por gente ajena al oficio. Gente que escribe muy bien (no te voy a contar quienes), que están muy informados, que utilizan la ironía, que leen bien, que comen bien y a lo mejor también hacen unas fotografías estupendas. Son los nuevos creadores y recreadores de la cocina familiar contemporánea, con un desparpajo que me suele emocionar.

Los que cobran, aunque sea poco, por escribir deben afilar mejor sus lápices, sus cuchillos y sus garras porque un día van a perder todo el interés. Si tú te vas, por ejemplo, a Segovia o a Lyon mañana de viaje y quieres comer bien y comprar algo para traerte, de quién te fiarás más ¿del Gourmet de Provincias o de Carlos Maribona? ¿De Mar Calpena o de la guía Gourmetour?.

De todas formas, allá ellos.

Jorge Guitián said...

Gracias por la parte que me toca. Con tu permiso, te copio parte del comentario (no todo, obviamente) para mis Frases para la Reflexión Gastronómica.

Saludos.

manuel allue said...

Con todo el permiso del mundo e incluso con permisividad (eso que llaman "tolerancia excesiva").

DESPERTAFERRO said...

Manolo: En todo momento me he referído a los profesionales, cómo tú dices los que cobran por escribir y no poco algunos de ellos.
Yo también me fío mas del boca oreja y de lo que dicen y escriben las gentes sensatas, que también las hay (cómo las meigas).
A todo hay que ponerle pasión (sin perder la objetividad), profesionalidad, seriedad y saber decir de forma sensata lo que percibes cuando tienes que valorar un restaurante, comedero o figoncillo.
En cierta ocasión, hable de los callos de doña Begoña, bien, en su establecimiento, sín ningún tipo de pretensión, lo poco que elaboran se puede igualar en calidad a cualquier otro restaurante de los que tienes que reservar mesa con antelación para que te hagan el favor de darte de comer y además te expolien la cartera. También es cierto, que muchos de los que pagan barbaridades por una comida, amortizan lo que han gastado cada vez que cuentan a sus amistades que han estado en tal o cuál sitio.
Penoso, creo yo.

manuel allue said...

Bueno, eso es un asunto que les debe de gustar a algunos. Siempre ha sido así: "estuve en tal sitio y ¡no sabes lo que nos cobraron por un revuelto de setas!". Pues peor para ellos. La misma historia que los viajecitos a mis vecinos del Priorato a "encontrar" una bodega casi-casi desconocida. Y una perla. El conocido aceite "Antara" de la Cooperativa de La Selva del Camp, cerca de aquí, ¡es más caro en la tienda de la cooperativa que en la de mi vecino el de la bodega!, que lo acabo de ver. Mi vecino no es tonto, desde luego, pero es ecuánime. Y los de la cooperativa, pues a por el dominguero (o el sabadero o lo que sea).

DESPERTAFERRO said...

Pués de acuerdo, Manolo

matematicas paladar y fogones said...

Hola Manolo:

Soy Elena, novata en blogs, pero no en gastronomía.

Te doy toda la razón, con frecuencia los "criticos con sueldo", no escriben con "fidelidad", pero si con gratitud a quienes les pagan.

Hay muchos autores de blogs, tu citas algunos, que son de gran categoría, fiables y sin interés alguno en lo que escriben. A ese grupo, quiero acercarme, y trasladar una opinión profesional( me dedico profesionalmente a la gastronomía, doy clases y dirijo una escuela de hostelería).

Por ello, te doy las gracias, por defender a quienes realmente practican la gastronomía, la leen, la ponen a prueba o incluso la investigan.

No soy escritora, ni pretendo serlo.

Pero si se cuando una opinión de un plato es acertada o cuando tras haberla catado, me encuentro con un "desengaño".

Para mi ha sido un placer leerte.
Elena.

manuel allue said...

Gracias Elena y Despertaferro por vuestros comentarios. Se ha hablado y deberá de seguirse haciendo, y mucho, de profesionalidad e intrusismo. Parece que en las cuestiones de gusto (plástico, musical, gastronómico) por un lado hay que haber pasado una especie de doctorado y por el otro todo el mundo tiene derecho (que lo tiene) a opinar. A mí no me interesa nada de eso en absoluto. Ni volver a hablar de lo culto y lo popular, lo autóctono y lo foráneo, lo histórico y lo contemporáneo. Son discusiones que deben de hacer otros. Lo que me sirve, lo que me gusta, lo que me hace seguir escribiendo todo esto es el interés privado y si quereis casero que ha despertado la cocina en gente inteligente que escribe bien y que se siguen asombrando en un mercado y ante los fogones. Y que son capaces de dedicarle tiempo a contarlo. Ésos y ésas son los que me interesan y frecuentemente en los que creo.

delantal said...

jajajaja, me suscribo a lo de los pijos-pana (pijos para nada = paná, inútiles? o que usan pana?, jajajaj, es buenísimo) que dice despertaferro.
¿Quién dijo que el que no sabía hacer algo lo enseñaba? ¿o era que se convertía en crítico?

manuel allue said...

Decían que el que no sabía escribir se metía a crítico, el que no quería estudiar, a Bellas Artes y otras bobadas por el estilo. Pero sigo sin entender qué quería decir el redactor de "La Vanguardia" con eso de que tengo a veinte metros de mi casa "un restaurante gastronómico". ¿El de enfrente es gastrofágico, gastrológico, gastrocrítico, gastrointestinal?. Como se lo pregunte a Julio, el de enfrente, a la hora del menú de mediodía, le da algo.

delantal said...

Creo, Manuel, que la gente, a veces, escribe de cualquier manera sin saber si expresa correctamente lo que piensa o sin pensar lo que escribe. Este caballero del "restaurante gastronómico" querría decir cualquier otra cosa y le salió esa extraña redundancia, que entendrán, sin duda, sus amigos cuando están de copas...o no.
Lo del trato humano, supongo que querá decir afable o cercano y familiar, a saber.

manuel allue said...

Al final todo es una broma, Delantal. Se dice muchas veces lo de "trato humano" referido a cualquier cosa pero no me digas que no resulta sorprendente ponerlo como definición o como divisa de un restaurante: ¿por qué no "restaurante humano con servicio gastronómico"?. Todo ello "informal", claro.

starbase said...

Estúpidos hay en todos los gremios y en el de los críticos también.

Mi simplicidad y mi salud mental me lleva a pensar que no debe haber más idiotas entre los críticos que entre los camioneros o vendedores de joyas, por ejemplo.

Eso si, los camioneros se dicen sus cosas por sus radios y no nos los encontramos en el salón de casa. Pontificando.

Me ha venido a la memoria el crítico de la peli Ratatouille. Ese personaje endiosado que toca el órgano como el capitán Nemo y que finalmente regresa a sus orígenes cuando prueba un plato que le recuerda a su infancia.

En resumen: en todos los gremios cuecen habas y hay críticos pa tó.

manuel allue said...

Me gusta la comparación con los camioneros, Starbase. Aguno de ellos, sin embargo, sería un buen crítico gastronómico.

delantal said...

jajajajaa
qué tal si montamos ese restaurante, con un menú virtual, garstroenterítico y marciano?

manuel allue said...

¿Quién pone el dinero?

Lena yau said...

Sabes qué pasa?

Que lo raro hoy es encontrar gastronomía y humanidad en esos sitios que ostentan el nombre de "Restaurante"!

jajaja

Víctor L. Gómez said...

Citar las obviedades nos hace pensar demasiado y a veces es difícil comprenderlas.

Un fuerte abrazo Manolo y gracias por regalarnos día a día estos artículos. Víctor.

manuel allue said...

Gracias Mil Orillas, gracias Víctor.

Las obras de misericordia son catorce, siete corporales y siete espirituales. Entre las primeras están "dar de comer al hambriento", "dar a beber al sediento" y "dar posada al peregrino", bastante obvias pero que conviene recordar. Pero entre las segundas habría que recomendarles a muchos de los que escriben sobre todo esto (a mí incluído) por lo menos cuatro: "Enseñar al que no sabe", "dar consejo a quien lo necesita", "corregir al que se equivoca" y "tolerar los defectos del prójimo". Misericordia, pues.

DESPERTAFERRO said...

Manolo y resto de la parroquia: Además de la partinaz sequía y la ola de erotísmo y pornografía que nos invade, debemos lidiar, aguantar, soportar y tolerar a unos señores que cobran por escribir, que les pagan por escribir, por informar, para orientar, para crear opinión.
Después de toda esta retahíla, creo que tengo todo el derecho a exigir que un señor que trabaja en un medio como la Vanguardia, que pasa por ser un medio de comunicación serio, debe hacer bien su trabajo. ¿No tiene libro de estilo la vanguardia?
Lo de trato humano tiene cojones...
De ahora en adelante cuando busque un restaurante en ese periodico, sio no advierte de lo del trato, iré dispuesto a ser maltratado, insultado, y con una bolsa de biocarbonato y un casco, por si se dá eñl caso de que el camarero tiene un mal dia y le da por estamparme una botella de gaseosa el la cocotera.
¡Trato humano!! Dedicate a otra cosa.
Propongo abrir un concurso de ideas par encontrar otra definición para un restaurante en lugar de gastronómico. El resultado se lo podemos hacer llgar al fenómeno plumilla.
Que uds lo pasen lo mejor posible

manuel allue said...

Pues lo pasamos bastante bien, Despertaferro, con todo esto. Tú lo sabes. Aunque hay gente a la que no les gusta ni el sentido del humor ni el humor y parece que tampoco el sentido. Hace un rato le he contestado a un conocido señor en mi otro blog (sabes que tengo otro blog) que se había indignado con mi opinión sobre una crítica suya en otro conocido medio. Público y en papel. Subyace, aunque no lo dice, desde luego, ese desprecio a los blogs y a los que los publicamos. A lo mejor porque es gratis. ¿Gratis? ¿Sabe ese señor a lo que me dedico, cómo pago mis facturas a Telefónica España, a Fecsa-Endesa, a mi casero, a mi psicoanalista, al jodido ayuntamiento? ¿Sabe que me "escapo" a escribir cuando puedo, porque amo lo que hago, porque lo hago con amor y no con odio? ¿Sabe que gracias a estos estúpidos textos, los míos, he conocido a gente fantástica, imapagable, a gente que como yo no trabaja gratis sino que se rompe los cuernos y busca y escucha y aprende y cada día aprende más y escribe mejor? ¿O cree que los blogs son un refugio para fracasados, para malheridos, para defenestrados? Ese señor no va a leer este blog, "mi otro" blog, y se lo agradezco. Porque aquí entra a visitarme gente magnífica que quiere saber cómo ce cocina un "coc ràpid" o qué pasó en los comedores de Falange en 1947 o quiere opinar básicamente sobre un libro de MFK Fisher o, lo mejor de todo, que escribe para contar qué ha comido este fin de semana.

El conocido señor es un conocido crítico de arte de un conocido medio. Y le invito a merendar con todos nosotros, blogueros.

Mar Calpena said...

Yo recomendaría fiarse de la guía Gourmetour, sinceramente... O mejor aún: preguntar al primer camionero/pescadera que encontremos paseando dónde se puede comer bien.

Siento sumarme tan tarde a esta polémica, con lo que me gusta a mí meterme en camisa de once varas, pero he estado desconectada, literal y figurativamente.

manuel allue said...

Pues bienvenida de nuevo, Mar. Y con camisas de mucho más de once varas donde meterse, o eso espero.