Monday, December 03, 2007

HE COMIDO MAL



Hoy he comido mal. Por las prisas, por el mucho trabajo, mucho y de mal hacer, pero sobre todo por desidia. No he tenido ganas de detenerme esa media hora entre atropellada y litúrgica que en principio me concedo cada día entre las dos y las dos y media de la tarde, “la hora de Franco” como dice uno de mis hermanos, la del “parte” (el noticiario radiofónico franquista), que así había heredado su nombre desde la guerra. Pero hoy he escuchado el parte hasta sin melancolía, probablemente esperando esa corneta que se nos atragantaba como una espina de besugo tras el himno unificado, la Marcha Real, el Cara al Sol y el Oriamendi en un pot-pourri marcial y seguramente digestivo para según que almas. Pero no. Hoy ha habido noticias locales vagas, hasta confusas, carnés de conducir retirados, vientos de más de cien kilómetros por hora cerca de mi casa, apatía, engorro y sumisión final de los viajeros en tren, y más guardias y más azafatas y más políticos por todas partes, aburridos, cumpliendo con su deber. O a lo mejor no.

El mar estaba precioso, algo encabritado pero luminoso, plateado, soberbio. El día era cálido pero mi sensación de prisa ha dado al traste con el menú. Después, tras un café recalentado, he perdido casi una hora pensando en lo mal que lo estaba haciendo. Iban a dar las cuatro y quedaba poco sol. Entonces he abierto un libro y he vuelto a leer dos páginas consoladoras:

“…todas las tardes, a las cuatro en punto (…) aparecía Perotti sin falta, con su taurino cuello tenso y rojo por el esfuerzo de sostener en sus manos una gran bandeja de plata. Estaba rebosante de bocadillos con mantequilla y lechuga, salmón ahumado, caviar, foie-gras, jamón; de pequeños vol-au-vent rellenos de picadillo de pollo con bechamel; de minúsculos buricchi…”

Perotti era el mayordomo de los Finzi-Contini, los buricchi son unos pasteles kosher de carne picada y almendras, mi tarde se estaba yendo a pique y he seguido lamentándome, me he vuelto a clavar una astilla pero al final el betún de Judea le ha dado a mi desesperanza la pátina debida. Et in Arcadia…

4 comments:

starbase said...

yo llevo tres semanas que al mediodía aparezco en casa con 25 mins para cocinar y 15 para comer lo cocinado.

Y juego a improvisar algo cada día (ayer arroz con especies sobre bull pasado por la plancha y unas espinacas salteadas. Suena raro pero estaba bueno).

O sea, no como mal pero es que me lo tomo como un pequeño desafío diario: hacer algo diferente en 25 mins. con lo que hay en la nevera.

manuel allue said...

Haces muy bien. Y lo del bull me parece estupendo. Creo que sigue siendo el mejor embutido del mundo. Te lo voy a copiar (con el arroz y las espinacas),

DESPERTAFERRO said...

Manolo: Nuestro amigo Pepe Carvalho decía que le horrorizaba la idea de comer cualquier cosa.
Hasta hoy, he comido fatal (por el trabajo). Sin embargo ha variado la tónica. He comido unas acelgas a la andaluza (a la forma de Andazulía, según Chaves que ha rebautizado el nombre de esta joven nacionalidad).
Se trata de cocer las acelgas bien troceadas y luego saltearlas en una sarten con aceite y ajito.
Hasta a Manolo Allue le gustarían.
Tengo preparadas para mañana unas "galtes de porc" al horno que acompañaré con unos cachelos y un poco de all i oli.
Ya te contaré.
Las astillas son unas cabronas, se le clavan a uno cuando menos lo espera. (Si tú supieras lo que eso duele).

manuel allue said...

Pues sé lo que duele, Despertaferro, porque soy imprudente (más que nada poco precavido) y me clavo hasta lo que no me merezco.

Además a Manolo Allué le gustan, desde luego, más les galtes que las acelgas. Fíjate si serán raras que a esas hierbas ni allioli ni mayonesa ni nada. Azeite con zeta, sin refinar.