Tuesday, February 03, 2009

INTRODUCCIÓN "EN" LOS VASOS ÓRFICOS



Hace un momento le contestaba a Delantal tras su comentario al post anterior con una cita, breve, de Lezama Lima porque me ha parecido oportuno pero sobre todo porque ella me ha dado pié.

Le contaba que el libro donde aparece la cita, la respuesta a una entrevista, un fragmento que apareció en 1970 en una recopilación de textos sobre el escritor cubano, lo tengo en una de las estanterías del cuarto de baño junto a la Introducción a los vasos órficos publicada por Carlos Barral un año después.

Mi casa no tiene calefacción porque es una casa antigua, bastante deslavazada y porque en mi pueblo hay una teoría bastante peregrina que asegura que nunca hace frío y que aquí vino el emperador Augusto a curarse de sus males pulmonares gracias a la benignidad del clima. Craso error y enorme mentira. Pero mis vecinos se lo siguen creyendo y yo también, qué remedio, y me gasto medio sueldo en múltiples radiadores eléctricos que hacen que mis viajes domésticos, a diferencia de los de Lezama, sean también un poco orográficos y cambiantes de clima: mi casa hace pendiente, de noroeste a sureste, el pasillo describe una curva bastante pronunciada y puedo pasar fácilmente de los veinte a los catorce grados de una habitación a otra.

En el cuarto de baño tengo, en alto, uno de esos artefactos eléctricos que se encienden tirando de un cordel, lo cual me gusta bastante, pero siempre lo desenchufo una vez salgo por una especie de miedo ancestral a la mezcla del agua y la electricidad o yo qué sé. Total, que el cable se quedaría colgando pero no, lo recojo y va a parar, siempre, “dentro de” mi ejemplar de los Vasos órficos, entre la página 134 y la 135, donde el cubano anda entretenido con la oposición kantiana de la libertad, “lo incondicionado”, dice, a la ley.

En el comentario le decía a Delantal que mi post de hoy era ese, mi respuesta. Me ha parecido poco y, antes de mi nuevo viaje desde esta cocina de mentira a la de verdad (ya son casi las nueve) le dedico esta explicación a mi amiga, a don José Lezama Lima y a ese cable eléctrico que ya se ha hecho un buen sitio entre Kant y Van Gogh, dos páginas después.

11 comments:

Unknown said...

Tu casa me recuerda a la primera que tuve, toda llena de calefactores, hasta el del baño sobre la puerta.
Ojo, que esto es Castilla y no es lo mismo

manuel allue said...

Claro que no. Pero ya ves, me da para escribir (lo que no es poco).

starbase said...

Hablemos de casas pues.

Mi piso es un hogar, pero no una casa. Lo cual es la primera en la frente.

Luego está el tema de lo que se ve desde mi balcón: un enorme cagarro de hormigón y ladrillos a apenas 5 metros. La segunda y esta ya va doliendo más.

También tengo 'parato' colgado en la pared del lavabo. No lo uso casi nunca porque yo al lavabo voy con prisas y a tiro hecho. Cuando empieza a calentar ya estoy fuera.
Un estrés de ducha y afeitado.

¡¡Así que imagina como me he quedado cuando he leído lo de tener estantería literaria en el lavabo!!

Camille said...

He de decir que vengo corriendo desde mi blog al leer el título de este post. Me ha sonado de lo más erótico ja ja ja y he pensado "uy, que a Manuel le ha salido su lado más golfo con tanto calor de pecho ajeno del anterior post" ja ja ja

Estoooo que sí, que en mi casa también hubo un calentadorcito de esos encima de la puerta del baño con un cordelito...peeerooo hace taaaaantoo tiempo ja ja

Besos

manuel allue said...

Pues nada, Starbase y Camille, que como dicen los ingleses el mejor aislante (para el frío, para la desidia y para el dolor de corazón) son los libros. Y como no me caben los tengo por todas partes, para aislarme de lo que no me gusta: el frío, la desidia, el dolor de corazón.

aparis said...

Qué despacho, la radio, la mesa, el jarrón de la esquina, qué panza, qué lugar de trabajo, con cuanto papel está trabajando a la vez, en presencia constante. Si tienes estantes en el cuarto de baño, cómo debes tener la mesa de trabajo. Todo lo que hay escrito en los libros está siempre ahí medito, vivo todo el rato, esperando.

manuel allue said...

Mi mesa de trabajo no es ésta ni, ya lo sabes, tiene nada que ver. Mi mesa de trabajo está sucia pero ordenada, chorrea pero no me distrae, o eso quiero creer.

Esta otra (lo siento Anton, pero es así) es "de descanso", lo tengo todo bastante cerca y está rodeada de fetiches más o menos visuales. Pero me pone más nervioso que la otra.

delantal said...

Doble ración, mucho más de lo que esperaba y merezco.
Gracias mil veces. No existe mejor cena.

manuel allue said...

A mandar.

david de jorge e. said...

enorme, una vez más!

manuel allue said...

Muchas gracias, David.