Tuesday, June 27, 2006
SOPA DE LOS GRANDES GRITOS (DEL CANTO VI DE LA ENEIDA)
Bernat Metge nos hace entrar en los Infiernos recurriendo seguramente a Virgilio, a Dante y probablemente a Bocaccio, de la mano de Orfeo, de los jueces infernales, de las furias (Aleto, Tesífone y Megera), de las gorgonas, las arpías y las parcas. En el libro Tercero de "Lo Somni", pieza culminante de la literatura catalana de la Edad Media, aún gótica pero ya prerrenacentista, los pecadores contra la gula, los golosos, "(...) mengen llurs membres fort glotonament, e puis giten per la boca ço que han menjat, e encontinent tornen-ho a menjar". "Comen sus miembros muy glotonamente y después expulsan por la boca lo que han comido, y en seguida se lo vuelven a comer", traducimos.
Hacia 1993 el pintor Rafael Bartolozzi organizaba en Vespella de Gaià, el minúsculo pueblo de la Cataluña sur del que entonces era alcalde, un certamen de poesía visual en honor y bajo los auspicios de Joan Brossa, y un festival o encuentro de "performers" que coincidían, más o menos, con el Carnaval. El jurado lo componían, entre otros, el propio pintor, el poeta Brossa, el cineasta Bigas Luna, vecino cercano, y algún crítico de arte. Un "performer" inglés apareció en escena cubierto de andrajos, acarreando cientos de objetos y cojeando ostensiblemente apoyándose en un bastón, porque tenía una pata de palo. Pero por debajo del pantalón sobresalía ¡una pezuña negra!. Ya casi tumbado en el suelo y después de unas cuantas evoluciones, sacó un enorme machete, se arremangó el pantalón y comenzó a cortar tajadas de su escuálida pata de jamón entre gestos de dolor.
La sopa sin gritos no es una sopa caníbal. Ni mucho menos autocaníbal. Es una sopa de sobras, maternal, supongo que catalana, aprovechada, de postguerra, aderezada con ese leve canibalismo casi sentimental que aliñaba el "pan con tomate" más con recuerdos que con aceite de oliva. Si te ha sobrado merluza frita, o pescadilla, de la noche anterior, la desespinas, la desmenuzas (unos 150 gramos para cuatro personas, o sea que poca), y la pones a cocer en agua con muy poca sal junto a cuatro rebanadas de pan y un cuarto de patatas cortadas en láminas muy finas. La dejas cocer tres cuartos de hora, la pasas por la batidora y, antes de que entibie, añades dos o tres cucharadas soperas de un "all i oli" bien firme. O de una mayonesa con ajo.
La sopa de los grandes gritos lleva cuatro dientes de ajo en lugar de uno y dos pimientas de cayena machacadas y desleídas en el caldo a media cocción.
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