Saturday, September 23, 2006
PAQUITO EL CHOCOLATERO
PAQUITO EL CHOCOLATERO
El pasodoble de don Gustavo Pascual i Falcó, que tantos éxitos ha cosechado en las fiestas de “Moros y Cristianos” y que ahora ha hecho famoso en España una marca de cervezas, y no la mejor, ha venido a substituir a la pobre “Amparito “ de hace un rato en los gustos de mi pueblo. Mimetismos, creo que se dice.
El señor Munar del que hablo en mi anterior envío, al que me he decidido a atacar, furiosamente acompañado por Paquito y Amparito, se pone a secar los higos cara con culo, sobre cañizos, y teniendo mucho cuidado con la lluvia o con el rocío mañanero, que todo puede ser. Los deja al sol un par de días y les va dando vuelta hasta que están secos. Después los pasa por el horno, no dice cuanto rato, para acabar de secarlos, y los dispone en una caja de madera curada (eso nos lo imaginamos nosotros, que la madera fresca no les va bien) y con un aliño, si así puede llamarse, de semillas de anís, hojas de laurel, un poco de azúcar y unos tallos de hinojo, cubriéndolo todo, cuidadosamente, con hojas de higuera.
Luego, unas diez páginas después, se pone a relatar una ensaimada de higos secos que daría, por lo menos bastantes de mis convicciones, por probar. Que lo haré. La ensaimada, glorioso postre, merienda o incluso desayuno mallorquín, lleva un relleno de pan de higos, ralladura de limón, canela y mazapán. Inflammatus et accensus, si se nos permite, como en un Stabat Mater (el de Rossini, el mejor).
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