Wednesday, February 07, 2007

DUEÑO(S) DE UN ESPACIO, DE UN TIEMPO, DE UNA CONVENCION



El blog de los chicos de Negra y Criminal dedica hoy varias entradas a la entrega del premio Pepe Carvalho de novela negra a Henning Mankell, el padre del inspector Kurt Wallander, que tanto le gusta a edu comelles y a cientos de negrocriminales, al brindis por Manuel Vázquez Montalbán, a la cena en Casa Leopoldo y al menú, esas celestiales (más que terrenales o marítimoterrestres) albóndigas con sepia y gambas.

Les agradecemos, ¡siempre!, el culto encendido a don Manuel, a sus libros, a sus recetas y, en fin, a su memoria. A Mankell y a los negrocriminales. Y les hemos tomado prestada la foto, de uno de los azulejos de Casa Leopoldo, y la cita, inmensa, de ese escritor al que nunca nos atreveríamos a llamar Manolo:

“La única revolución cultural de fondo que ha aportado la democracia en España ha sido la recuperación de la memoria del paladar, que goza de mucha mejor salud que la memoria histórica. Detrás del objetivo de salvar las señas de identidad, la que más se ha salvado es la gastronómica, y entre aquel páramo de cocinas esenciales que fue la España del hambre o del boom económico de los dos o tres franquismos hasta ahora censados y la oferta gastronómica actual, media la voluntad de que el placer sea cosa de este mundo. Hay restaurantes y restauradores que luchan por las estrellas de la Guía Michelin o por las buenas puntuaciones de las guías españolas, y otros consiguen la inmortalidad gracias a su condición de ser algo más que un restaurador o un restaurante, gracias a que forman parte de un paisaje de la memoria o de un imaginario.

Si el viajero no quiere alejarse demasiado del corazón mítico de Barcelona, el barrio chino, puede irse a comer a Casa Leopoldo, donde la mejor consigna es decir: "Vengo de parte de Pepe Carvalho y póngame lo que ustedes quieran...”

M.V.M. “Pasodoble de aniversario”. El País, Barcelona, 6 de junio de 1999.

Y una lágrima (y no precisamente furtiva).

4 comments:

Biscuter said...

Siempre he querido ir a Casa Leopoldo y por alguna razón no he podido. Cuando lo logre, diré, por supuesto, que voy de parte de Pepe Carvalho. Y de Manuel Allue.

Saludos,

Biscuter.

manuel allue said...

Me abrumas con tus comentarios. ¡ESTOY ENCANTADO PERO NO ME DEJAS IR A CENAR! (aquí son casi las once de la noche). Ojalá estuviera cerca de Casa Leopoldo (estoy a casi cien kilómetros) y dejarme querer. Cuando vengas puedes estar seguro de que te debo unas albóndigas con sepia. Llenas de citas (es un decir).

Commie said...

Yo tampoco he ido nunca a Casa Leopoldo (Can Leopoldo pels barcelonins). Oi hablar de esa casa, cuando era muy pequeño, a Ernesto Baracchi, un florentino culto y fascinante, que tenia en casa una extraña biblioteca de librepensador y que formaba parte de la tertulia de La Punyalada con mi padre. Era ya asiduo cuando Manolo V el Empecinado no había terminado el bachillerato. El había sido un alto funcionario fascista durante la guerra, y la postguerra le convirtió en visitador médico en la España negrísima de la Autarquía. Trajo a mi casa unos maravillosos tallarines con una salsa de muixarnons y nuez moscada. Creo quepuedo aun evocar el perfume de esa salsa que aliñó comidas de domingo de mi infancia. La pasta la traía de una casa italiana, que la gfabricaba fresca, creo que en Valencia o Aragón con Paseo de Gracia. Murió, de infarto en febrero de 1962 tras una cena de dos perdices escabechadas y una botella de Viña Pomal. Conservo amorosamente una edición de Le Razze Humane de Ratzel de 1904 con unos maravillosos grabados en color.

manuel allue said...

Precioso comentario, ¡magnífico!. No conocí al signore Baracchi pero nos has hablado varias veces de su viuda. La salsa de los tallarines, la perdiz escabechada y el Viña Pomal YA, desde ahora, pasan a formar parte de mi memoria gastronómica, de la nuestra. Te voy a preguntar más y le dedicaremos unos "tallarines con muixernons del signore Baracchi".

!Gracias!