Wednesday, August 23, 2006



INSOMNIO CRECIENTE (AL CONTRARIO QUE LA LUNA)

Quizás por culpa de las siestas, que voy a eliminar a partir de mañana, o de dos libros que he comprado a la par, uno ya leído y el otro mediado, y que hablan de lo mismo, del ocio y la cultura en la segunda República Española aunque uno bien, muy bien, y el otro peor. El periodista Isabelo Herreros (Toledo, 1953), al que no conocíamos y al que la solapa presenta como especialista en don Manuel Azaña (“gran conocedor de la vida y obra”) y como ateneísta (del Ateneo de Madrid), aparece con el pomposo libro titulado "El cocinero de Azaña" y subtitulado, aunque tampoco muy acertadamente, "Ocio y gastronomía en la República". Poco nos habla el señor Herreros del cocinero del político y sí, y mucho, a la manera de una miscelánea, de los usos y costumbres sobre todo de las mujeres de la República, de las mujeres en tiempos de la República (1931-1939), de sus bañadores, de sus cocktails y, eso sí, de sus recetas. El señor Herreros está documentado, claro que sí, pero nos anuncia una bibliografía que no aparece por ninguna parte y las notas a pié de página son repetitivas y confunden a cualquiera. A nosotros por lo menos. Y se empeña en reproducir (en copiar) decenas de recetas de la revista “Menage”, que era estupenda, pero que no sirven más que para saber, al final, que la tortilla escabechada le gustaba mucho a don Manuel y que don Indalecio Prieto era un raro al que no le gustaba el gin fizz.

El otro libro para un insomne, sí. Se trata de un estudio serio, este sí, de José Carlos Mainer, al que no le hacen falta solapas, que titula muy bellamente "Años de vísperas" y que también subtitula. El profesor Mainer no se anda con chiquitas (nunca lo ha hecho), no menciona ni los escabeches ni los cocktails de Perico Chicote pero define, describe, construye, reconstruye y explica, que es de lo que se trata, el período republicano con una exactitud y una certeza que asustan. Desde los estrenos teatrales a los frisos art déco de las novísimas piscinas, desde el despacho de Gómez de la Serna (Villanueva, 38) a la redacción de “Ahora”, la intemperancia de Sender, la voluntariedad de Alberti y María Teresa, con mordaces comentarios sobre Ortega, incisivos (y reales) sobre Baroja y algún sutil cotilleo. Hay que leerlo deprisa, como estamos haciendo, para ponernos “en situación”. España, ya es sabido, se dividía en dos. Ellos y nosotros. Pero parece que hay gente a la que aún les parece divertido dividirla, aunque sea en pasado, en garbanceros y modernos, en partidarios del escabeche o del martini cocktail. Como si eso les liberara de las penas, que han sido muchas pero que ya se sabe que con pan son menos. A secas.

1 comment:

Karen said...

Hola! Muchas gracias por las visitas a mi blog! (Mi spañol no es muy bueno!)