Tampoco Vázquez Montalbán comió hormigas rojas ni Néstor Luján aprendió a preparar un dry martini decente ni tan siquiera a Georges Simenon le gustaba el cossoulet de Castelnaudary.
De tópicos está construido el mundo contemporáneo (y el antiguo y el medio, y hasta el moderno), romántico es el enamoradizo, glotón el tragaldabas y culto el que se sabe de memoria el top ten de los libros más leídos. Viajero el que ha estado tres veces en Venecia (las tres en verano) y gourmet el que sabe distinguir el pelo de la pluma y ha comido una vez en El Bulli, dos donde la Ruscalleda y más de tres en lo de Santi Santamaría. Tiempos difíciles donde los haya. Confundidos, manidos y parcamente compuestos. Aliñados al desgaire como decía don Pío Baroja que había que hacer con las ensaladas. Aunque a don Pío le gustaban más los garbanzos, tanto como a don Benito, y a Valle, en cambio, la cerveza negra y el salpicón de marisco (así dicen que, moribundo, pidió que le sirvieran el almuerzo). Tópicos.