En el suplemento central y diario de La Vanguardia, esas páginas color salmón que titulan Vivir, suelen aparecer pequeñas notas sobre vinos, yantares y restaurantes de moda en una columna llamada, claro está, Gastronomía.
En la de hoy el redactor anónimo escribe una glosa, escueta, sobre el nuevo restaurante de Ramón Freixa, el Avalon, que va a dedicar, como ya lo ha hecho Carles Gaig en su flamante Fonda Gaig y, cuenta el cronista, que lo harán próximamente Fermí Puig y Carlos Abellán, a la cocina tradicional. Esa cocina ofrecerá, lógicamente, platos tradicionales y, sigue diciendo el periodista, a precios razonables. Y me pregunto (tengo varias preguntas), ¿es que siempre la tradición va ligada con la razón o, al menos, con lo razonable?.
2ª pregunta: ¿Es mejor lo razonable que lo irracional, si es que son (fueran, estuvieran, se consideraran) antónimos?.
3ª pregunta: Los precios razonables de la cocina tradicional de los estrellados michelín ¿tienen que ver con la tradición? ¿o quizás con la racionalidad?.
Y así hasta el infinito, dando por descontado que los precios de la cocina de vanguardia son irracionales (lo da el cronista, no yo), que lo razonable puede ser también “mediano”, o “regular”, y que el valor y el precio es lo que suele confundir el necio.
Aún así, no conozco a Ramón Freixa pero sí a Carles Gaig y les puedo asegurar que su razonable, razonado y racional “trinxat” de col y patata con butifarra negra y tocino entreverado es estupendo. Y que a mí, aunque me empeñe, no me sale igual de bueno. Parecido, quizás. Cabal, no hay duda. Pero es que a lo mejor soy un tanto irracional.
N.: La ilustración corresponde a un cuadro atribuido a don Francisco de Goya, que está en el monasterio de Guadalupe y que se suele llamar Locos en el manicomio.