Acabo de ver en la televisión un fragmento de una filmación antigua de los momentos previos a la procesión de los Salzillos en Murcia, probablemente de los años 50 de nuestro pasado siglo. Estremecedor.
Un anciana unía sus manos callosas rezando, o vete a saber, y los cofrades se iban ajustando las fajas, los capuces, las sayas, se calentaban los pies golpeando los adoquines con sus alpargatas, se entremetían bolsas de caramelos y rosquillas en la panza, miraban a lo lejos.
Al fondo se erguían, enarbolados, tres carteles toscos para reunir a los cofrades que iban llegando, a solas, ante la iglesia de Jesús junto a sus pasos de devoción: “CENA”, “AZOTES” “BESO”. La Santa Cena, la Flagelación y el Beso de Judas.
Acabo de cenar una escueta tortilla y una ensalada de escarola más escueta aún. No están los tiempos para demasiadas florituras. Los azotes me los he ahorrado y el beso, más sacrílego aún, ni lo espero. Hace años estuve en Murcia a ver los salzillos salir de la iglesia de Jesús. Nos levantamos pronto, desayunamos churros y un café fuerte y a lo mejor una copita de ojén. Luego nos morimos de frío para ver amanecer, de espaldas, y hablar con los turistas y con los cofrades y con quien hiciera falta. Fue una hermosa mañana llena de aguardiente y de almendras garrapiñadas y cañas a las doce y pastelones de carne un poco después. Y me he quedado con ese sabor de cena, azotes y besos porque esta noche estamos sentimentales, aquí hay que hablar de yantares y de quereres, o eso parece, y me encanta estar de vuelta tras esa cena, a lo mejor santa, esos azotes, tan livianos, y ese beso esperanzado. Al aire.
12 comments:
Si señor. El paréntesis incluso te ha mejorado. Macerado. Como al buen vino. Esto ya empieza a ser un buen viernes y además es 20-N.
Si señor. El paréntesis incluso te ha mejorado. Macerado. Como al buen vino. Esto ya empieza a ser un buen viernes y además es 20-N.
¡20-N! Me tendría que haber acordado. Tan liado con los azotes ajenos y no me acuerdo de los propios.
¡Qué le vamos a hacer!
Ah¡ qué bien¡
Parece que yo también tengo el sabor de los churros tempraneros. Que tiempos tremendos de azotes y besos de Judas¡¡¡Zape 20N¡¡¡
Fundamental abrirle, a besos, el camino a la esperanza.
Gracias, Delantal, por seguir ahí.
Pues eso. Que ya lleva un tiempo abierto ese camino aunque algún mentecato nos lo quiera cerrar. Y no precisamente a besos.
Los mentecatos es lo que tienen que no entienden de caricias, ni de sensibilidad ni, lo que es peor, de inteligencia.
¡Hostia! Mira que volver el 20-N! El 20 de noviembre es un dia para irse...Jo!
Te redime la sopa de cebolla.
Yo paso de puntillas sobre el 20-N, aunque este año sea el vigésimo aniversario de la Declaración de los Derechos del Niño y yo siempre he sido muy celoso de mis derechos...
En el paladar de mi memoria queda una botella de Vega Sicilia que nos bajamos hace 34 años porque no teníamos cava a orillas del Cantábrico.
Welcome back, man!
Gracias a los dos.
Pues a lo mejor no tengo nada que celebrar en la octava de San Veinte Ene. Pero algo beberemos (a vuestra salud, por supuesto).
Veo que siguen con tus cenas tan frugales como siempre, a ver cuando te desmelenas un poquito jajajaja
Gracias por tu visita, Camille.
Miento un poco, como buen cocinero, y lo frugal (¡ay!) suele ser más literario que culinario. ¡Qué le vamos a hacer!
Manolo: Creo que es bueno pasar por etapas de frugalidad siempre que sea querída o deseada, lo jodido es que sea impuesta ya sea por el galeno o por la crisis.
De todas formas estas frugalidades nada tiene que ver con las del invicto caudillo Franco que era frugal per se y bebía Vega Sicilia con gaseosa. Es lo que tiene la frugalidad cutre.
Además, querido Despertaferro, lo que realmente le gustaba era la fanta de naranja y el fuagrás Mina. ¡Indigesto!
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