Tuesday, January 23, 2007

MIEL SOBRE HOJUELAS



La tata hizo las perrunillas según la receta de Bernarda y le quedaron estupendas, un poco duras pero muy ricas. Le habían salido muchas, quizás porque era un poco atolondrada o porque era, como ella decía, un poco “desbalagadora”, algo así como proclive al derroche.

La tata era muy suya, “descancarraba” las puertas, “embastaba” las paredes y “engurrubiñaba” las sábanas al escurrirlas. La tata, además, era una nostálgica: de las guindas en aguardiente, del aceite de oliva, verde como lo ojos de Julián, y de la harina de centeno. Y así hacía las hermosas hojuelas, con nostalgia y naturalidad, como el almirante Nieto Antúnez los decretos-ley o Paco Camino las verónicas.

Batía los huevos, dos o tres, como para una tortilla. Mucho. Les añadía una puntita de sal, unas gotitas de aceite y harina hasta que conseguía una masa bien fina. La extendía con un rodillo sobre el mármol espolvoreado y las cortaba en redondo y dos o tres, muy pequeñitas (para mí), en forma de corazón.

Las freía, las escurría en un paño y las rociaba con miel de romero.

2 comments:

edu comelles said...

ya veo que has solucionado el problema.....html no tiene ningun secreto pero tenemos que passarte al blogger beta......esta fritura dulzona em fa venir salivera (ques asco de expressión)

manuel allue said...

Thanks, Dr. Blogger, pero la versión Beta "no está disponible", pour le moment. Ja parlarem.

La miel de romero es dulzona, desde luego, pero te dejo que adivines una connotación escatológica, importante.

Ptons.